Guadalajara, Jalisco. 

En la primera parte de este trabajo especial les hablé sobre la desgastada red hídrica que tiene Guadalajara. Y tener ductos que llevan hasta siete décadas en operación, generan fugas en el suministro de aguas a las viviendas, a los negocios, a las oficinas y a las industrias.

Se calcula que, del total de agua que el SIAPA entrega en las tomas de los hogares y los establecimientos comerciales, entre 25% y 30% se va al subsuelo por fallas, tuberías rotas y fracturadas.  

El presidente de la Unión Jalisciense de Agrupaciones de Ingenieros (UJAI), Fernando Zamora Medina, aseguró que esa es una gran pérdida económica para el SIAPA, pero que no se queda sólo en esa afectación:

“El SIAPA nos dice, por ejemplo, que la pérdida que se tiene del vital líquido está entre 20 y 25% y estas pérdidas son generadas por fugas visibles, por no visibles, por errores de mediciones también puede existir esa situación. Otras personas, por ejemplo, los técnicos o los académicos, al hablar de pérdidas comerciales no contabilizadas o no cobradas, pudieran auspiciar a que esas pérdidas se fueran ser hasta 30 por ciento”.  

El presidente de la Asociación Mexicana de Hidráulica de Jalisco, Gustavo Organista Macías, expuso que es un problema que puede ir en incremento, pues de no renovarse la Red Hidráulica incrementarán los hundimientos.  

Las fugas de agua de la red del SIAPA generan asentamientos, y al paso de unidades pesadas, ocurren los accidentes de camiones de reparto que se hunden en las calles.

“Una red antigua lógicamente tiene una mayor incidencia de fugas en el agua potable y en el drenaje también. Si hay algunas fugas, empieza a llevarse el material de relleno o el material fino (arena) y empiezan los hundimientos, que son ya las emergencias que pasó un camión del gas, o de la basura, o simplemente la misma fuga provoca que el pavimento se hunda. Sí, es necesario hacer el cambio de redes. Desafortunadamente, la inversión es millonaria”. 

Foto: Coordinación General de Gestión del Territorio Jalisco

Otro tema que nunca se aborda es que las redes antiguas de agua potable están fabricadas con asbesto-cemento, y al asbesto se le vincula con el desarrollo de enfermedades como el cáncer, explicó el investigador del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), Isidro Rubio Lozano:

“Son redes de agua potable que en su momento fueron construidas con tuberías de asbesto-cemento. Hoy sabemos que el asbesto-cemento prácticamente ya no se utiliza. Cada sustitución que se hace ya es por tubería con otro tipo de material, sobre todo polietileno de alta densidad (PVC) que, en las diferentes clases, puede ser idónea para soportar cargas y sobre todo para evitar problemas en las mismas instalaciones en cuanto que sea -en algún momento- potencialmente cancerígeno algún elemento”. 

Por ley, cuando realizan la repavimentación de algunas calles y avenidas, los gobiernos municipales y el del Estado están obligados a renovar la red de drenaje y de abasto de agua. Sin embargo, el académico Isidro Rubio informó que, bajo ese mecanismo, apenas se habrá renovado 1% de las tuberías.

Foto: Coordinación General de Gestión del Territorio Jalisco

“Yo creo que, de todo lo que comprende la ciudad, me atrevería a decir que sólo el 1% estaría con redes nuevas en cuanto a la sustitución, y eso es porque fue obligada la vialidad a cambiar su pavimento o a mejorar la imagen urbana. Muchas de ellas están operando de esa manera. Muy palpable tenemos López Cotilla; por ejemplo, Paseo Alcalde, que son de las obras más recientes que se han llevado a cabo”, indicó.

Resolver las fugas de agua potable es otra razón para que los ayuntamientos y el gobierno estatal decidan invertir en la renovación de la Red Hidráulica. Pero la historia ha demostrado que esa no es la prioridad.

Y de eso le hablaré en la siguiente entrega de este trabajo especial.