Wimbledon, Reino Unido.
David Beckham llegaba a Wimbledon a las nueve de la mañana, previsor probablemente de que la temperatura de este lunes en la temida primera jornada del torneo de tenis, para jugadores y espectadores, alcanzaría los 35 grados Celsius.
Arturo Gonçales, brasileño de Sao Paulo, que vino como espectador en compañía de su pareja, Cristiani Domingos, para ver jugar a su compatriota Joao Fonseca, afirmó no tenerle miedo al calor.
"En Brasil estamos un poco acostumbrados, aunque venimos algo aprehensivos, por si sube mucho. En Sao Paulo, donde vivimos hace 33 o 34 grados. Es parecido",
afirma Arturo Gonçales, ataviado con una camiseta de la selección brasileña de fútbol, a la AFP.
- Poco acostumbrados, pero preparados" -
Para la directora general de Wimbledon, Sally Bolton, el torneo "no está acostumbrado a este tipo de temperaturas".
"Pero estamos perfectamente preparados", añade.
Y al inicio de una quincena habitualmente conocida por ser húmeda, afirma estar "encantada" de que haga sol en lugar de lluvia "como el año pasado".
- Con temperaturas que podrían rondar los 35 grados Celsius lunes y martes, antes de un descenso esperado a mitad de semana, "los británicos sentimos que nos estamos sofocando", destacó Sally Bolton.
Aunque el mercurio subirá aún más en otras partes de Europa, las autoridades británicas emitieron desde el mediodía del viernes y hasta el miércoles una alerta por altas temperaturas.
"Mi hija está embarazada de varios meses y tengo una cadera que da trabajo", pero "si tenemos que sudar, sudaremos", reflexiona Cathy Butcher, una jubilada de 73 años que vino desde Salisbury, en el sur de Inglaterra.
Su hija Helen Clark, una empresaria establecida en Whitstable (sureste), "solo espera una brisa fresca" y buenos partidos, afirma a la AFP.
Matthew Fisher, que trabaja desde hace 29 años en el torneo de Wimbledon en una unidad de primeros auxilios, cree que las servicios ambulatorios de la competición están preparados para actuar ante cualquier emergencia.
- Protocolo de altas temperaturas -
"Esta jornada sea probablemente un poco más ocupada de lo normal, pero tenemos suficiente personal para manejar cualquier cosa que ocurra", afirma Fisher a la AFP.
"Solemos tener bastantes desmayos y cosas así. El calor crea problemas, porque la gente se sienta al sol", añade.
Principal esperanza británica en Wimbledon, Jack Draper (4º del mundo) necesitó tiempo para acostumbrarse a jugar bajo el calor.
En Reino Unido, "estamos acostumbrados a jugar con un clima horrible, hace mucho frío", destacó el sábado en una conferencia de prensa.
"Cuando descubres el calor jugando en Estados Unidos, es muy difícil adaptarse de inmediato. En el pasado, no manejé bien ese factor", agregó Draper.
Pero "un poco de calor se adapta bien a mi juego", ya que tiende a acelerar los intercambios, opina el potente zurdo y temible sacador de 23 años.
Wimbledon aplica para sus jugadores un protocolo de altas temperaturas basado en un "índice de estrés térmico".
Si este indicador, que mezcla la temperatura del suelo, la humedad y la temperatura del aire, supera los 30,1 grados Celsius, tienen derecho a una pausa de diez minutos antes del posible tercer set en la competición femenina.
- Este breve respiro se concede entre el tercer y el cuarto set posibles en los partidos masculinos.
El índice de estrés térmico se mide tres veces al día: media hora antes del inicio de los partidos a las 10h30, luego a las 14h00 y a las 17h00.