En Israel, los sueños de paz de los kibutz murieron el 7 de octubre
Los palestinos se manifiestan en Ramallah, en la ocupada Cisjordania, el 10 de noviembre de 2023, en medio de las batallas en curso entre Israel y el movimiento Hamás en la Franja de Gaza. Foto: FADEL SENNA / AFP




Kfar Aza, Israel.

Entre casas quemadas en Kfar Aza, un militar israelí muestra una foto de Ofir Libstein, asesinado en el ataque de Hamás contra este kibutz el 7 de octubre. La visión de este defensor de la paz "también murió aquí", afirma.

El olor a muerte sigue impregnando el aire de Kfar Aza, donde sesenta y dos personas murieron y 18 habitantes fueron secuestrados por Hamás, según un balance facilitado por un responsable militar israelí durante una visita para los medios comunicación a esta granja colectiva.

El ataque del movimiento islamista palestino dejó unos 1.400 muertos en Israel, en su mayoría civiles, según las autoridades. Los kibutz cercanos a la Franja de Gaza fueron uno de los objetivos de Hamás.

Desde ese día, más de 11.000 personas ha muerto por los bombardeos israelíes en respuesta contra la Franja de Gaza, territorio controlado por Hamás, según el ministerio de Salud del movimiento islamista.

Entre las víctimas en Kfar Aza había fervientes defensores de la paz con los palestinos. Algunos kibutz cercanos a la frontera con Gaza eran conocidos por ser bastiones de la izquierda israelí y de los activistas por la paz.

Ofir Libstein, jefe del consejo regional de las comunidades fronterizas con Gaza, era uno de ellos.

Según sus familiares, murió luchando contra combatientes de Hamás en Kfar Aza.

Libstein defendió un proyecto de "paz económica" con la esperanza de resolver el conflicto que opone a Israel y los palestinos desde hace décadas, explicaron sus seres queridos a la AFP.

Tenía un proyecto para construir una zona industrial común a lo largo de la frontera para crear empleos para miles de palestinos de la Franja de Gaza, donde viven hacinadas 2,4 millones de personas.

"Se esforzó para romper el ciclo de la violencia y el odio con la amabilidad y la humanidad", contó a la AFP una de sus conocidas, la rabina Nancy Myers, residente en California.

La muerte y el secuestro de "tantos israelíes pro paz que vivían en la frontera con Gaza (...) volverá mucho más difícil la coexistencia pacífica entre palestinos e israelíes", aseguró.

 "Ironía cruel" 

El comandante israelí Nir Boms, que acompañó la visita, afirmó que algunos gazatíes que recibieron permisos para trabajar en las tierras agrícolas de los kibutz estuvieron implicados en la organización del ataque del 7 de octubre, facilitando información a Hamás.

  • La AFP no pudo verificar esta afirmación.

"Hay una ironía cruel en el destino de Ofir", declaró Leon Goldsmith, de la universidad de Otago, en Nueva Zelanda, que se reunió en julio con Libstein durante un encuentro universitario.

"Ofir y otras personas en esta región tenían buenas intenciones" y proponían "una vía más constructiva que los partidarios de la línea dura del gobierno israelí", explicó Goldsmith a la AFP.

Las autoridades israelíes, fuertemente criticadas por la mortífera ofensiva del ejército en Gaza, organizaron numerosas visitas a kibutz asolados para la prensa internacional.

La de Kfar Aza fue propuesta por el Jerusalem Press Club y supervisada por el ejército.

Durante la visita, el grupo tuvo que refugiarse cuando una sirena anunció lanzamientos de cohetes inminentes. Los disparos de artillería del ejército sobre Gaza, desde posiciones cercanas, hicieron temblar el kibutz.

Maayan, una mujer de 38 años cuyos padres murieron en Kfar Aza, relató su angustia ante el debate polarizado, en muchos países, entre "proisraelíes" y "propalestinos".

"Estoy a favor de la paz", afirmó a la AFP, pidiendo que no se difundiera su apellido para preservar su privacidad. "Mis padres hubieran dicho lo mismo".