Estados Unidos
El parque Yosemite, venerado templo natural de la escalada en California, atraviesa una prueba de fuego debido al cierre parcial del gobierno en Estados Unidos, que lo ha dejado corto de personal en uno de sus momentos más concurridos.
El paro administrativo que arrancó el 1 de octubre por el desacuerdo entre congresistas demócratas y republicanos en torno al presupuesto, redujo drásticamente la cantidad de trabajadores en el parque al cierre de su temporada alta. Pero el hogar de El Capitán, una imponente pared de granito de 914 metros que atrae a escaladores de todo el mundo, sigue recibiendo a miles de entusiastas de la adrenalina.
"Nos enfrentamos a un reto", dijo un guardaparque a AFP bajo anonimato. Cuenta que quienes continúan en el terreno han tenido que redoblar sus esfuerzos para proteger el parque, que recibe unos cuatro millones de personas al año.
"Hemos perdido a muchos empleados que fueron enviados a casa sin pago, lo que incluye a los científicos, investigadores, los guardaparques de la entrada, los guías", comentó.
Exceptuando las boleterías cerradas de la entrada, a simple vista, todo parece funcionar normalmente.
Los campamentos están a máxima capacidad. Los baños están operativos, así como los restaurantes y las tiendas de souvenirs, administrados por la iniciativa privada. Una pareja incluso celebró su boda en el mirador Glacier.
Pero con menos ojos en el terreno, proliferan las infracciones, como la omisión de permisos para acampar o escalar algunas rutas, o comportamientos impropios en áreas protegidas, dijeron varios entrevistados.
Peter Zabrok, un escalador canadiense de 66 años que ha pasado 925 noches en El Capitán, se sorprendió hace un par de semanas al contabilizar en una sola mañana ocho saltadores BASE que se lanzaron al vacío desde esta montaña planeando con sus trajes de vuelo.
La práctica es ilegal en Yosemite, pero no es inédita en este parque nacional, cuyas alturas de vértigo coronando apacibles valles son irresistibles para aficionados que realizan vuelos furtivos al atardecer o amanecer.
Pero "¡nunca había visto tantos!", y a plena luz del día, afirmó Zabrok.
Los videos de los osados paracaidistas se volvieron virales en las redes sociales.
En medio de la controversia, tres hombres que saltaron en años anteriores fueron condenados a multas financieras y otras penas.
"Preocupante"
- Los escaladores creen que se trata de un episodio aislado.
"Con o sin cierre administrativo, siempre hay un grado de actividad ilegal en el parque, pero creo que es muy pequeño", dijo Alex Honnold, el laureado estadounidense protagonista del documental "Free Solo" (2018).
Los montañistas que peregrinan a Yosemite temen más por el impacto que un eventual recorte presupuestario tenga en su preservación, algo propuesto por la administración de Donald Trump, que por estos incidentes.
"Creo que diferir el mantenimiento y los recortes de personal y todas esas cosas son precisamente los elementos que afectan al parque a largo plazo", comentó Honnold, quien completó algunas de sus más impresionantes hazañas en el parque, como conquistar la cima de El Capitán con sus manos y pies, sin cuerdas ni protecciones.
Si visitas el parque "solo por una semana, no lo notas (...) Pero no percibes que nadie está cuidando la infraestructura, ni que hay menos personal de vigilancia, búsqueda y rescate. Eso es lo que más importa cuando ocurren accidentes", agregó.

Foto por FREDERIC J. BROWN / AFP
"Es realmente preocupante para los parques en general", opinó Julia Lackey, una escaladora que ha trabajado dos temporadas en Yosemite.
"Ves un montón de recursos exprimirse al máximo, y ahora los están exprimiendo aún más", agregó antes de emprender su cuarto ascenso a El Capitán.
"Difícil"
Algunos visitantes dijeron sentirse motivados para visitar Yosemite durante el paro administrativo, que dejó al parque sin personal para cobrar la entrada.
Pero para la mayoría, es incomprensible que las taquillas estén cerradas.
"Se trata de recibir dinero para mantener el parque. Están ofreciendo todos los servicios sin cobrar la entrada, así que están perdiendo dinero", dijo Jack Taylor, un montañista de 29 años.
"La moral está baja entre los empleados del parque", dijo el también escalador Robbie Brown, dada la falta de recursos. "Es difícil para ellos no saber qué va a pasar".
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