Guadalajara, Jalisco.
Este 12 de abril, el mundo dedica el día a la visibilización de las niñas y niños en situación de calle, un estatus con dos variables determinadas por la Unesco: los que se consideran niños de la calle por haber perdido por completo su vínculo familiar y los que viven en situación de calle; es decir, tienen a su familia, pero viven y trabajan en las calles.
En México hay casi 95 mil niños y niñas en situación de calle. De éstos, se estima que 25% sobrevive en las calles sin su núcleo familiar y todos, sin importar su condición, están en riesgo constante al crimen, la violencia y la explotación, muchas veces efectuada por sus progenitores y en permanente vulnerabilidad por la negación del Estado que incumple su obligación de garantizar sus derechos, como lo advierte la investigadora de la Universidad de Guadalajara (UdeG), María Antonia Chávez.
"Desafortunadamente, la instalación o promoción de políticas públicas de protección a la niñez, bajo ese interés superior del niño la niña y el adolescente, no han sido suficientes ni siguen siendo suficientes a la fecha para poder garantizar que los niños no requieran salir a la calle a eso que le han llamado trabajo, pero que es finalmente explotación, explotación laboral, incluso pueden llegar o darse otro tipo de explotaciones como explotación sexual".
Pero no son todos los tipos de violencias que padecen. Constantemente también se detecta violencia sexual, trata de personas, pornografía infantil y captación de grupos delincuenciales que los utilizan, advirtió la investigadora Antonia Chávez, quien apuntó que la pandemia agravó más la situación, al precarizar a las familias con menos recursos.
“En México no tenemos ni siquiera claro el escenario a manera de diagnóstico de cuál es la situación del problema, pero sabemos que la pandemia ha agudizado las condiciones de vulnerabilidad que viven las familias y, de pronto, los niños han tenido que salir a la calle para poder ayudar y colaborar en la supervivencia familiar".
Las soluciones para erradicar el problema social que implica tener a infancias precarizadas y vulneradas en las calles tendrían que venir de múltiples agendas de los tres niveles de Gobierno, organizaciones civiles, pero también de la población en general, señaló Antonia Chávez, quien enfatizó en la necesidad de construir programas integrados y permanentes que saquen de las calles a las infancias.