Washington, Estados Unidos.
El presidente Joe Biden tiene previsto enviar una delegación a Taiwán tras las elecciones, y no cree que disminuya la cooperación en materia de defensa y comercio con esta democracia autónoma que reclama Pekín, según fuentes oficiales.
Biden también ha intensificado el diálogo con China, que ha rebajado su tono con Estados Unidos mientras su presidente, Xi Jinping, trata de solventar los problemas económicos internos.
Desde 2022, China ha llevado a cabo dos rondas de maniobras militares y se ha burlado del favorito para las elecciones, Lai Ching-te.
La Casa Blanca advirtió a China que "no provocase" durante los comicios.
Las diferencias anteriores de los partidos taiwaneses sobre cómo tratar con China se han esfumado ante la represión de Pekín en Hong Kong y la invasión rusa de Ucrania.
"Aunque se trata del momento histórico más importante, estas elecciones tienen un impacto menor" en la forma en que Estados Unidos aborda el tema de Taiwán, dijo Oriana Skylar Mastro, experta en Taiwán de la Universidad de Stanford.
Los candidatos taiwaneses coinciden en la necesidad de aumentar las defensas y han ido aparcando la idea de la independencia absoluta o la integración económica con China continental.
¿Riesgos reducidos?
En su último informe, el Eurasia Group restó importancia a los temores de conflicto en torno a Taiwán por la distensión entre China y Estados Unidos y las prudentes declaraciones de Lai.
"La probabilidad de un ataque de China a Taiwán es insignificante en 2024", declaró Ian Bremmer, presidente del Eurasia Group.
En un ensayo publicado en Foreign Affairs, Bonnie Glaser, Jessica Chen Weiss y Thomas Christensen argumentaron que Washington tiene que calmar a China incluso manifestando su oposición a la independencia de Taiwán.
Biden ha dicho que las tropas estadounidenses defenderían Taiwán, rompiendo la ambigüedad de Washington sobre este tema.
El apoyo a Taiwán es especialmente sólido en el Congreso. El portavoz republicano Mike Johnson, siguiendo a sus dos predecesores, prometió "ayudar en la defensa de Taiwán". "Queremos disuadir al Partido Comunista Chino y cualquier provocación militar"
El expresidente Donald Trump, en campaña para recuperar la Casa Blanca, ha hecho de la oposición a China un tema principal, pero sin prometer defender a la isla.
Preocupaciones a largo plazo
Lai, ahora vicepresidente y procedente del Partido Demócrata Progresista, históricamente ha hecho hincapié en la identidad autónoma de Taiwán. Entre sus oponentes se encuentran Hou Yu-ih, del Kuomintang, partidario de estrechar lazos con China continental, y el exalcalde de Taipei Ko Wen-je, que promueve una tercera vía.
"La administración Biden no tiene un caballo favorito en esta carrera", dijo Scott Kennedy, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
"En el Congreso puede haber cierta decepción si Lai no gana", dijo, pronosticando posibles acusaciones de intromisión china.
Mike Gallagher, republicano que dirige un comité sobre China, animó a Taiwán a no "restar importancia" a las tácticas de Pekín, incluidas las amenazas de presión comercial si gana el partido gobernante.
"No retrasen las acciones defensivas por miedo a provocar a China, porque les hará más agresivos", advirtió.
El director de la CIA, Bill Burns, dijo el año pasado que China aspiraba a apoderarse de Taiwán en 2027, pero que la guerra en Ucrania puede darle hacerle esperar.
Mastro dudaba de que las elecciones cambiaran las intenciones de China a largo plazo.
China quiere tener Taiwán bajo su control "y no creo que eso ocurra sin algún tipo de uso de la fuerza", afirmó la experta de la Universidad de Stanford. "Es como una situación de maltrato doméstico".