Durante la FIL en Guadalajara se conmemora los 50 años del golpe de Estado en Chile en contra de Salvador Allende
FIL Literatura presentó 50 años del golpe de Estado: realidad y ficción en el quiebre de la democracia con la participación de María José Ferrada y Pablo Simonetti y como moderadora Vivian Lavín en la XXXVII Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Guadalajara, Jalisco. México. Jueves 30 de noviembre del 2023. (© FIL/Eva Becerra)




Guadalajara, Jalisco.

La diversidad de discursos y temas es algo que caracteriza a la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, y para esta edición 37 fue el escenario para conmemorar los 50 años del golpe de Estado en Chile en contra de Salvador Allende, quién buscó llevar a su país por la ruta del socialismo. 

Para entender la huella que dejó la brutalidad ejercida por el ejército en contra de quienes aspiraron a otra forma de construir y hacer política, y con la muerte de Salvador Allende, tres figuras literarias y plumas periodísticas de Chile, narraron desde su experiencia cómo fue crecer en un país en donde por casi 17 años se vivió una dictadura. 

En el caso del escritor chileno Pablo Simonetti, él recuerda haber escuchado al mismísimo Salvador Allende por la radio y después ver los rockets volar por el cielo, era como ver una ficción:

“El último discurso es de Salvador Allende y fue muy conmovedor, fue una sensación como de fin de mundo y de desconcierto. En ese momento y creo que Salvador Allende tenía plena consciencia de que iba a morir pero uno se negaba a verlo con todo su crudeza.

Después empezaron a pasar los aviones que bombardearon La Moneda y Tomás Moro por arriba de la casa, me acuerdo que con mi hermano, que es cercano a mi edad, corrimos fuera y miramos los rockets pasar, tenía algo de ciencia ficción y locura porque no entendíamos que al final estaban destruyendo la democracia, el tejido social y que iba a redundar en el exilio, en la separación y en la tortura”. 

  • Por su parte la escritora y periodista, María José Ferreda compartió que en su contexto familiar no era común hablar de política, así que la literatura y algunas crónicas de medios internacionales porque la televisión local estaba en manos del estado y con un sesgo, sirvieron para que ella creara su criterio sobre la muerte de Salvador Allende y la persecución de los militares hacia los supuestos “terroristas”.

Ella a su vez utiliza la literatura para narrar el dolor de las víctimas y de las huellas que dejó entre los chilenos el golpe de Estado, en palabras de María José, guardar silencio y no expresar el dolor sería como quedar sin un pedazo de la realidad.

Además de ser una manera de resarcir el daño.

“La justicia tiene que hacer su trabajo, pero después viene la reparación simbólica y ahí es donde trabajamos nosotros, en buscar distintas formas de ir nombrando esto que cuesta todavía y que eso no quede asociado en un para siempre, porque que tus dos nombres y tus dos apellidos, que también es una forma de nombrar al detenido y al desaparecido, y que en América Latina sabemos que cuando cuando vienen tus dos nombres y apellidos sigue el presente”. 

  • Y es que la huella del golpe de Estado es muy profunda entre los chilenos. Por 13 años los habitantes permanecieron en toque de queda, es decir, a cierta hora de la noche nadie podía salir de su casa, no había vida bohemia, los artistas y literatos eran perseguidos, y hasta se prohibió la tira cómica de Mafalda.

Además de ser una manera de resarcir el daño.

Pablo Simonetti refirió que eso ocasionó que Chile viviera un atraso de casi 10 años. Pero fue en 2010 y gracias a las protestas estudiantiles que se hizo visible la lucha por los derechos de las minorías sexuales, el abordo legal y el movimiento feminista, luchas que vino a darle un respiro al país.


María Ramírez Blanco