Por Roberto Castelán López
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Es importante hacer una aclaración antes de hablar de un cuervo, y es que los cuervos no deben confundirse con los zanates. Ambos pertenecen a familias diferentes: los cuervos a la corvidae y los zanates a icteridae.
A los zanates se les puede observar dentro de las ciudades o alrededor de éstas. De hecho, tienen una preferencia mucho mayor por los espacios que perturbó el hombre. Los cuervos, por su parte, son mucho más grandes y se les puede encontrar más bien en el campo, en el monte, o en terrenos de sembradío.
Fotografía de Rick y Nora Bowers, recuperada de www.audubon.org
El cuervo presente en esta región es conocido por la nomenclatura científica como corvus corax, y es el más grande de todos los cuervos. Su plumaje es completamente negro con ciertas tonalidades púrpuras y azul lustroso. Tiene un cuerpo muy robusto, patas largas con tres dedos hacia delante y el halux hacia atrás. Su pico es largo y ganchudo, les ayuda a sustentar una dieta omnívora en la cual pueden estar incluidos insectos, pequeños vertebrados, frutos y semillas. Pueden hacer sus grandes nidos tanto en árboles como en postes de luz.
Respecto a la reproducción, estas aves se caracterizan por ser monógamas, lo que quiere decir que tendrán una pareja por toda su vida. Tardan mucho en alcanzar la madurez sexual, y mientras lo hacen, los juveniles se juntan en grupos más o menos grandes para protegerse durante las noches.
Fotografía de Rob Curtis, recupeada de www.audubon.org
Los cuervos están calificados entre las aves más inteligentes del mundo, empatados con los loros del orden psittaciformes. La comunidad científica se preguntaba cómo es que estos grupos de aves eran tan inteligentes si, a diferencia de los mamíferos, no tenían un cerebro tan grande. Un estudio, en tiempos recientes, reveló que había regiones de neuronas muy condensadas y casi el mismo número de conexiones neuronales que tienen los mamíferos capaces de resolver problemas cognitivos.
En el caso de los cuervos su inteligencia se ve reflejada en una gran variedad de ejemplos: son capaces de recordar rostros, contraseñas de cuatro dígitos, y en algunas calles urbanas dejan caer su alimento sobre el cruce peatonal mientras está en verde para los automóviles, y una vez que se pone en rojo bajan a disfrutar su alimento triturado lejos de los carros.
El cuervo mexicano puede reconocerse por el sonido, incluso sin ser visto, ya que tiene un inconfundible ronquido como el que suena en las películas o dibujos animados que aluden al terror. Se le puede observar todo el año, siendo más frecuente en temporada de invierno, y con un poco de suerte, se le puede ver anidar.