Ocotlán, Jalisco
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER Jalisco) continúa con la revisión técnica en torno a los siniestros originados en el reciente temporal de lluvias, a fin de realizar las compensaciones a los agricultores afectados por el Huracán Nora, que también afectó a municipios de la Ciénega.
La secretaría estatal puntualizó que al momento ya se tienen evaluadas y dictaminadas 3 mil 424 hectáreas de cultivos afectados, básicamente de maíz, sorgo, frijol y arroz, en predios de mil 28 agricultores que fueron perjudicados, ya sea por inundaciones, por exceso de humedad o por las secuelas de los meteoros, particularmente el huracán Nora.
Para compensar los efectos meteorológicos, la SADER Jalisco cuenta con el Programa de Siniestros Agrícolas. La instrumentación de este esquema requiere de la recepción de la información de los daños y la comprobación física de los mismos, lo que se hace en coordinación con las autoridades municipales y las organizaciones de productores.
En este contexto, se tienen bajo revisión los daños originados en los cultivos de frutas tropicales de la Costa, particularmente el plátano, a fin de concretar los daños definitivos debidamente comprobados.
La tarea de apoyo de la SADER Jalisco, ante los impactos meteorológicos del reciente temporal, también se tuvo con la maquinaria para reparar daños en caminos vecinales, rutas sacacosechas y la limpieza de cauces y playas, en coordinación con los municipios y las autoridades de protección civil.
Al momento se tienen detectados daños por 6.8 millones pesos, que son canalizados de acuerdo a los criterios de las reglas de operación. Las regiones afectadas por el meteoro Nora son: Costa, Sierra de Amula, Ciénega de Chapala, Lagunas y Sierra Occidental. Hubo daños en más de 20 municipios, entre los que figuran: Jamay, Ocotlán, Cihuatlán, Tomatlán y San Martín Hidalgo, entre otros.
Un boletín de prensa de SADER dice que la parte positiva del temporal fue la abundancia de la precipitación en las regiones de mayor producción de granos, como ocurre en la Ciénega de Chapala, los Altos y la Sierra de Amula, donde hay testimonios de un magnífico comportamiento de la lluvia.