Comparten en CUCiénega sobre el origen del 8M y que podemos hacer para contribuir en la lucha
Montserrat López. Foto: Andrea Gutiérrez.




Ocotlán, Jalisco.

En la conferencia “Los Derechos de las Mujeres: Acelerar la Igualdad” impartida por Montserrat López, coordinadora en atención a la violencia de género en CUCiénega, habló sobre los orígenes de la conmemoración de esta fecha:

“Las mujeres anteriormente, constitucionalmente no fungían como ciudadanas, muy probablemente a sus abuelas o bisabuelas apenas les tocó votar por primera vez, entonces no había leyes que respaldaran que a estas mujeres se les tenía que tratar y pagar de una manera justa y equitativa al igual que a los hombres”.

A partir de estas condiciones de trabajo, un 24 de marzo de 1911 ocurrió un accidente en una fábrica textil en Nueva York, en el cual fallecieron los trabajadores, que en su gran mayoría eran mujeres.

Este acontecimiento dio origen a diversas manifestaciones por parte de grupos de mujeres, al recapacitar que lo que ocasionó todas estas muertes, tenía que ver con la falta de derechos y desigualdad que vivían las mujeres de aquella época.

Este movimiento resultó en que las mujeres pudieran votar y lograron legislar los derechos y garantías que el día de hoy tiene. 

La manera en que viven las mujeres hoy en día es gracias a que otras mujeres lucharon por sus derechos en el pasado, así lo dijo Montserrat López:

“Todas estas situaciones que ahora vivimos en la actualidad, el hecho de que las mujeres ahora estudien, que se nos permita trabajar que se nos permitan muchas cosas, es gracias a esta lucha previa de muchas mujeres, por eso hago la mención de esta frase ‘y mis hijas y sus hijas van a gritar agradecidas’ que somos nosotras”.

Mencionó también, que la lucha continúa y la ola del feminismo que estamos pasando en la actualidad es en torno a la violencia, un tema latente en México a partir del creciente número de feminicidios.

  • Según datos del INEGI, actualmente entre diez y 11 mujeres son asesinadas al día, la tasa de impunidad supera el 95% y tan solo una de cada 10 víctimas se atreve a denunciar a su agresor por miedo y falta de confianza en las autoridades.