Ciudadanos no respetan espacios acordonados para evitar contagios
Fotografía: Ricardo Chavarín - Refeencial - Archivo




Guadalajara, Jalisco.

Por las calles del centro bien se puede observar con mayor claridad uno de los efectos de la nueva normalidad, convivir con el miedo, estar al límite de él; incluso, posarse por encima de él y vencerlo.

La imagen es clara y ahora vemos dos bandos definidos en el sentido estricto de nuestra relación con el COVID-19 y con el miedo, las personas que llevan puesto el cubrebocas y los que no.

Se miran unos a otros, se alejan, se juzgan, se tocan, se atienden pero no se comprenden, unos dicen que todo se trata de creer o no hacerlo, otros no imaginan ni siquiera arriesgarse y mejor acatan todas las recomendaciones de prevención.

Lo cierto es que existe una gran cantidad de ciudadanos que por necesidad o las razones que la audiencia decida imaginar, salen a las calles a hacer su vida como era antes de la pandemia, no usan cubrebocas ni atienden el llamado a no usar el espacio público.

Para tratar de aminorar esta situación y cerra el espacio que podría invitar a la convivencia, en el Centro Histórico de Guadalajara se colocan cintas delimitadoras en la explanada del mercado Corona, en el Palacio municipal, en la Plaza Guadalajara y en la Rontonda de los Jaliscienses Ilustres.

El espacio acordonado son varios los que sencillamente deciden ignorarlos y esperar a que sea una policía quien los invite a retirarse.

Platicamos con algunas personas que encontramos en el centro y quienes dicen que el desafío de algunos por las medidas obligatorias para contener nuevos contagios, se debe en parte a la falta de credibilidad en la enfermedad y en parte a la ausencia de responsabilidad y solidaridad con la salud del otro

En el primer cuadro de la capital de Jalisco, la mayoría de plazas están acordonadas y son vigiladas por policías municipales que invitan a la población a portar cubrebocas y retirarse del espacio público, sin embargo la plaza de Armas no cuenta con ningún tipo de delimitación que disuada a la gente de pasar el rato en la zona.


Celia Niño