Guadalajara, Jalisco.

Familiares de José Octavio Avilés Sauceda viajaron desde Sinaloa y no se irán hasta encontrarlo. Así lo advirtió Mayra Sauceda, madre de este joven de 24 años que se encuentra desaparecido desde el pasado 28 de marzo, sin que hasta el momento las autoridades hayan accedido a la petición de revisar las cámaras del C5 para avanzar en la búsqueda, que se ha extendido a varias colonias aledañas a la Barranca de Huentitán: último sitio de donde se tuvo noticias de José Octavio, quien fue a ejercitarse, pero no regresó.

"Mi hijo lo buscamos 15 días en la barranca, noche y día, con perros, con las personas que nos apoyaron, con drones, con helicópteros, con bomberos, con personal de bosques. El señor (gobernador, Enrique) Alfaro se presentó como a los 15 días y no fue a verme. No, sino porque tenía un evento, lo abordé y el siguiente día fue la única ayuda… y hasta ahí"

Los familiares y amigos de José Octavio cerraron varios cruces viales este domingo por la mañana; en la protesta, que tuvieron en la Calzada Independencia y el Periférico, Mayra Sauceda lamento la tardanza de las autoridades para la revisión de las cámaras de video vigilancia, sobre todo aquellas de las zonas donde algunos ciudadanos han reportado el posible avistamiento de José Octavio Avilés Sauceda.

“Hasta ahorita no nos han dado resolución de las cámaras del C5 de la ciudad, que para nosotros es muy importante saber si realmente las personas que vieron a mi hijo es ese, con esas características y eso es una luz. Nos han dicho que estamos caminando buscando una aguja en un pajar, pero no importa, seguiremos buscando esa aguja en ese pajar porque yo sé que con ayuda de la ciudadanía podemos lograrlo y de las autoridades hemos recibido poco apoyo...Lo que quiero en estos momentos es ver las cámaras para saber si ahí hay una pista de mi hijo".

José Octavio Avilés Sauceda llegó a Guadalajara proveniente de Sinaloa hace un año. Se mudó de ciudad por su trabajo. En la capital de Jalisco, un Estado puntero en la cantidad de personas desaparecidas, José vivía con su hermana y primos, a quienes se les sumaron otros familiares que viajaron a ayudar en las labores de búsqueda.