Los Chiefs persiguen la historia en un Super Bowl que reunirá a Trump y Swift
Fotografía: AFP




Nueva Orleans, Estados Unidos.

Los Kansas City Chiefs aspiran a un inédito tercer título consecutivo de la NFL en el Super Bowl del domingo frente a los Philadelphia Eagles en Nueva Orleans, que se blinda para recibir el mayor espectáculo deportivo estadounidense bajo el impacto persistente del atentado sufrido en Año Nuevo.

Entre sus muchas atracciones, esta será la primera final de la liga de fútbol americano (NFL) a la que asista un presidente estadounidense en ejercicio, Donald Trump.

La superestrella del pop Taylor Swift también tiene previsto alentar en persona a su pareja, la figura de los Chiefs Travis Kelce, en unas gradas abarrotadas con 74.000 espectadores y muchas otras celebridades e invitados especiales.

  • En Nueva Orleans, ciudad de unos 350.000 habitantes, se ha desplegado un imponente dispositivo policial alrededor del evento, que se celebra cinco semanas después del atropello masivo que causó la muerte de 14 personas.

Un veterano del ejército estadounidense, que actuó por lealtad al grupo yihadista Estado Islámico según el FBI, embistió entonces a la multitud que festejaba el Año Nuevo en las calles de turístico Barrio Francés.

Las autoridades calculaban la llegada a Nueva Orleans de unos 100.000 visitantes para este Super Bowl, al que el Departamento de Seguridad Nacional asignó el nivel más alto de riesgo para la seguridad pública.

  • La NFL, no obstante, expresó su confianza en que no se registren incidentes alrededor del Caesars Superdome.

"Estoy segura de que el lugar más seguro

este fin de semana será bajo el paraguas de seguridad que tenemos", manifestó Cathy Lanier, directora de seguridad de la liga.

Trump, cuya presencia incrementará aún más el dispositivo de seguridad, ha mantenido una relación tensa con la NFL en el pasado. En la década de 1980 fue parte de una demanda antimonopolio contra la NFL cuando era dueño de un equipo de la liga rival USFL.

En 2017, criticó a los jugadores de la NFL que protestaron contra el racismo arrodillándose antes de los partidos durante la interpretación del himno nacional.

Un año después, el presidente canceló la recepción prevista para el equipo campeón, los Philadelphia Eagles, después de que un gran número de jugadores advirtieran que pensaban asistir.