Berlín, Alemania.
Treinta años después de su victoria olímpica en decatlón para la República Democrática Alemana (RDA), Christian Schenk admitió que se dopó y confesó también que más tarde padeció graves problemas psicológicos.
"La depresión fue tan profunda que incluso pensé en poner fin a mi vida", reconoció el ex atleta de 53 años originario de Rostock en una entrevista publicada hoy en el diario alemán "Frankfurter Allgemeine Zeitung".
En su autobiografía "Riss - mein Leben zwischen Hymn und Hölle" (Fisura: Mi vida entre el himno y el infierno), que saldrá a la venta el próximo lunes, Schenk describe su supuesta fuga de la Policía en Nochevieja de 2016, que fue consecuencia de los desórdenes psicológicos que padece desde 2009.
"Pensé que era Anis Amri, el terrorista del mercado de Navidad en la plaza de Breitscheid (en Berlín). Fue un horror para mí", admitió Schenk. "Me identifiqué completamente con él", afirmó.
Schenk se dopó por primera vez con 20 años. "1985. Para mí fue como alcanzar el siguiente nivel", dijo. "Conseguir las pastillas significaba que estaba en el equipo y que se esperaba que compitiera particularmente bien".
Schenk también admite el dopaje en una entrevista con la publicación alemana "Sport Bild", que saldrá el miércoles a la venta. "Al principio, negué haber tomado sustancias prohibidas. Entonces adopté una respuesta legalmente más suave y afirmé que nunca me habría dopado a sabiendas. Ambas eran mentiras", dijo Schenk.
El alemán ganó la medalla de oro en el decatlón en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 y además fue tercero en el Mundial de atletismo de Tokio 1991.