Río De Janeiro, Brasil.
El gobierno de Brasil afirmó este miércoles que confía en que el tratado de libre comercio entre Mercosur y la Unión Europea se cierre en un "futuro próximo", pese a que había esperado anunciar un acuerdo en una cumbre el jueves en Rio de Janeiro.
- En una reunión ministerial previa a la cita del Mercosur, el vicepresidente brasileño Geraldo Alckmin dijo que hubo "avances importantes" en las negociaciones con el bloque europeo sobre este acuerdo que lleva más de dos décadas sobre la mesa y que crearía la mayor zona de libre comercio del planeta.
"Destaco los compromisos de ambos lados en pro de un entendimiento equilibrado en un futuro próximo y a partir de las bases sólidas que construimos en los últimos meses", expresó Alckmin.
- De su lado, el canciller Mauro Vieira destacó la "dimensión estratégica" que tiene para el Mercosur el acuerdo comercial con la UE, y señaló que espera que se firme "en breve".
Las declaraciones se dieron la víspera de la cumbre de mandatarios de los países miembros del Mercosur durante la cual Brasil, presidente pro témpore del bloque, esperaba cerrar el acuerdo.
En las últimas semanas las negociaciones entre el Mercosur -que completan Argentina, Paraguay y Uruguay- y el bloque de 27 países europeos se intensificaron, con avances y un clima de optimismo en ambas regiones.
Pero en los últimos días Francia mostró su desacuerdo con el texto actual, Argentina estimó que "no están dadas las condiciones" para su conclusión, y entre bastidores los actores se responsabilizaron mutuamente.
Aún así, Lula mantenía este semana su empeño de cerrar el tratado en Rio.
"No desistiré hasta conversar con todos los presidentes y escuchar 'no' de todos ellos", dijo el lunes en Berlín junto al canciller alemán, Olaf Scholz.
- Al cierre de la cumbre el jueves, la UE y el Mercosur publicarán un comunicado conjunto, informó a la AFP una fuente de la cancillería brasileña, sin dar más detalles.
La UE y el Mercosur convinieron las líneas generales de un pacto de libre comercio en 2019, tras años de negociaciones para convencer a sectores reticentes, como los agricultores franceses.
Pero los desacuerdos resurgieron y los europeos agregaron en particular un apartado de exigencias ambientales al bloque suramericano, especialmente para Brasil, que alberga la mayor parte de la Amazonía, clave para la lucha contra el cambio climático.