Los tres hermanos mexicanos condenados a muerte en 2012 por narcotráfico en Malasia enfrentarán el próximo jueves su "última audiencia judicial", informó este martes la cancillería de México, que asegura ha "agotado todas las vías legales en el caso".

El objetivo de esta sesión "será escuchar los argumentos de la defensa sobre el último recurso de apelación que presentó en diciembre pasado ante la Corte Federal de Malasia", la máxima instancia del país del sureste asiático, indica un comunicado de la secretaría (ministerio) de Relaciones Exteriores de México.

Luis Alfonso, Simón y José Regino González Villarreal fueron detenidos en marzo de 2008 en una fábrica del sur de Malasia donde la policía se incautó de 30 kilos de metanfetaminas y de insumos para la producción de droga, aunque ellos aseguran que eran simples trabajadores de limpieza que desconocían lo que se estaba produciendo en la instalación.

En mayo de 2012 fueron sentenciados a la pena capital por los delitos de producción y tráfico de narcóticos, una decisión que fue ratificada en agosto de 2013.

La cancillería aseguró este martes que ha "expresado reiteradamente la posición de México contra la pena capital" ante autoridades malasias de diferentes niveles, y que contrató a un abogado consultor y a otro especialista en asuntos penales para que apoyaran a la defensa de los Villarreal. 

Desde su natal Culiacán (Sinaloa, noroeste), la región más emblemática del narcotráfico mexicano, la familia de los hermanos ha sufrido el largo proceso judicial.

Dedicada a la producción de ladrillos, la familia ha dicho que llegó a empeñar su modesta vivienda en su búsqueda de recursos para el proceso legal y para que Alejandrina, otra hermana, pudiera trasladarse a Malasia para estar en contacto con los condenados. 

El tráfico de droga se castiga en Malasia con una condena a morir en la horca, aunque las ejecuciones no se anuncian públicamente y los activistas creen que han sido pocos los ajusticiados en los últimos años.