El escándalo en torno a la manipulación de motores deparó a Volkswagen una fuerte caída de beneficios en el primer semestre del año, según las cifras ofrecidas hoy por la empresa con sede en la ciudad alemana de Wolfsburgo.

Los resultados netos cedieron un 38 por ciento a 3.641 millones de euros (4.043 millones de dólares).

Unos 1.600 millones de euros fueron dotados como provisión para hacer frente a los riesgos legales derivados del fraude de los motores. Este monto se suma a los 16.200 millones de euros provisionados hasta ahora por la manipulación de motores para simular menores emisiones de gases contaminantes.

Volkswagen también debió guardar más de 500 millones de euros para hacerse cargo de los problemas causados por el airbag del fabricante japonés, Takata, y de posibles sanciones antimonopólicas por acordar precios con competidores en el sector de vehículos industriales.

Las cifras no gustaron en la Bolsa. Las acciones de Volkswagen cedieron a la apertura hasta un tres por ciento.

Sin embargo, pese a la crisis del diésel, el mayor fabricante de automóviles en Europa espera aumentar ligeramente la facturación a lo largo del año. En el primer semestre vendió 5,1 millones de coches en todo el mundo y superó a la rival Toyota, que comercializó 4,99 millones de unidades.

Volkswagen quedó sumida en la peor crisis de su historia al salir a la luz en septiembre pasado que había trucado los motores de once millones de automóviles en todo el mundo para simular que emitían menos gases contaminantes.

La automotriz alemana tendrá que asumir en Estados Unidos, donde estalló el escándalo, costes por una cantidad estimada de 14.700 millones de dólares (13.300 millones de euros) en concepto de retroventa de automóviles, indemnizaciones y multas.