Guadalajara, Jalisco.
El confinamiento social que exige permanecer en casa el mayor tiempo posible para evitar contagios por COVID-19, puso en evidencia el agotamiento del modelo de la vivienda en México.
Adriana Olivares González, investigadora del Instituto de Investigación y Estudios de las Ciudades (IN-Ciudades) del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), explicó que a raíz de la pandemia, se han violado derechos fundamentales de los habitantes de las metrópolis: el derecho a la salud, el derecho a la movilidad y el derecho a la vivienda.
La experta dijo que nadie puede tener un momento de soledad o de individualidad, en una casa o en un departamento como los existentes en la periferia de la capital jalisciense.
“Por qué precisamente, en términos de confinamiento, una familia que tiene que estar confinada –no estoy hablando de densidad, estoy hablando de hacinamiento-, genera mayores posibilidades de contagio y mayores posibilidades de que se generen conflictos, precisamente por la falta de espacio necesario para que la gente pueda tener sus momentos de soledad. Nadie puede tener soledad en 45 metros cuadrados, en 60 o en 75 metros cuadrados”, explicó.
Olivares González aseguró que la política nacional de vivienda y en estados como Jalisco, debe ir sentido contrario a lo hecho hasta hoy.
Las viviendas ahora deben diseñarse de acuerdo a si va a habitar ahí una familia de cuatro integrantes, si los ocupantes son personas de la tercera edad o si en ese espacio van a cohabitar abuelos, con sus nietos.
Los programas de vivienda deben debatir sobre ello y las casas tienen que convertirse en espacios flexibles, de acuerdo a la edad de sus ocupantes o si harán teletrabajo desde su hogar, dijo la especialista.
Ya no basta con definir leyes o reglamentos que establezcan un mínimo de metros cuadrados para una vivienda.
“Ya no se trata nada más de un tamaño físico mínimo, sino de resolver necesidades psicológicas y físicas de las personas en sus diferentes edades, en las diferentes necesidades que van a requerir en una vivienda. Eso es lo más importante. Tenemos tanta diversidad de viviendas y de familias, que las posibilidades pueden ser muy amplias. Tenemos que pensar en un modelo de vivienda tan versátil que puedan hacerse adecuaciones fáciles”, indicó.
El Instituto de Investigación y Estudios de las Ciudades (IN-Ciudades) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) realizará una segunda etapa del coloquio-debate-taller “El futuro de las ciudades y los nuevos escenarios frente a las contingencias globales”, al que van a convocar ya no solo a académicos, sino a funcionarios tomadores de decisiones de los ayuntamientos, del Instituto Metropolitano de Planeación (Imeplan), del gobierno de Jalisco, así como de otros países, entre ellos Colombia, España y Chile.
Estos diálogos se realizarán durante el mes de septiembre próximo y las conclusiones servirán para definir un nuevo modelo de vivienda.
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