Universidad para el Bienestar Benito Juárez de Ayotlán busca afianzarse como opción educativa
Foto: Vladimir Acosta




Ocotlán, Jalisco.

Margarita Villaseñor Gutierrez es una de los 50 ayotlenses que está cumpliendo su sueño de estudiar una carrera profesional, esto ha sido posible gracias a la Universidad del Bienestar Benito Juárez que tiene una de sus sedes en este municipio. Sin embargo, el camino no ha sido fácil, ya que la demanda de alumnos no ha sido la esperada, ni la construcción de la sede se ha terminado en el tiempo previsto, por lo que los universitarios siguen tomando clases en espacios alternos. 

No obstante, para Margarita Villaseñor, la Universidad del Bienestar ha hecho posible lo que parecía imposible.

“La escuela es pública, es totalmente gratuita, no pagamos por inscripción, no pagamos por material, no se nos cobra en lo absoluto. A parte contamos con una beca, gracias al presidente López Obrador. No hay dinero que nos alcance, pero es un gran apoyo. Este es un sueño que no se veía realizado en Ayotlán”.

Aunque a inicios del ciclo escolar, las autoridades del plantel dieron a conocer que los estudiantes recibirían una beca mensual de 2 mil 400 pesos. Margarita, señaló que está recibiendo una suma de 3 mil 800 bimestrales. Al respecto, el coordinador de esta sede, Walter Chisholm Stadard, dijo que los recursos son administrados por la propia comunidad.

“Las comunidades organizadas reciben apoyo federal, y ese apoyo federal se canaliza, entre otras cosas, para la construcción de las sedes y para otros gastos, que también vienen por diferentes partidas federales hacia el apoyo financiero con las becas de los estudiantes; existe una dependencia que canaliza eso”.

Margarita debe dividir sus tiempos entre la escuela, sus labores de ama de casa, apoyarle a su hijo de 10 años con sus tareas, y también a supervisar la construcción de la sede oficial de la universidad, obra que se esperaba culminar en su primera etapa en marzo, sin embargo, se retrasará hasta noviembre o diciembre de este año.

Aunque al inicio del ciclo escolar, en marzo de 2019, se esperaba que cerca de 280 estudiantes se inscribieran, hasta el momento solo hay 50, quienes son asesorados por seis profesores. La universidad busca terminar sin retrasos provocados por la pandemia, los ciclos escolares; ya que de lo contrario tendrían que alargar los periodos, que son alrededor de cuatro años, dependiendo el avance logrado en la única carrera que se oferta por el momento, Ingeniería en Procesos Agroalimentarios.

Walter Chisholm Stadard, señaló que para evitar contagios, la mayoría de actividades se llevarán a cabo de manera virtual, y cuando sean prácticas deberán ser en espacios abiertos y en grupos pequeños. Mencionó que aunque son pocos, cuentan con equipos de cómputo para los estudiantes que lo requieran.

Margarita Villaseñor Gutierrez sonríe contenta y dice que nunca nadie había volteado a ver este pueblo fantasma, sueña con tener un vivero orgánico para evitar la producción de alimentos transgénicos y con que la Universidad del Bienestar Benito Juárez, sede Ayotlán, se logre instalar, para que algún día su hijo tenga también la oportunidad de estudiar.