Un estudio propone un impuesto a la carne en México para mejorar la salud y el clima
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 Glasgow, Reino Unido 

Aplicar un impuesto sobre la carne roja y procesada en México podría reducir su consumo, mejorar la salud pública y favorecer la sostenibilidad ambiental, según un estudio liderado por la Universidad de Edimburgo y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

El estudio, publicado este viernes en la revista científica Plos One, concluye que un aumento del 10 % en el precio de la carne procesada reduciría su consumo en un 8,3 %, mientras que una subida similar en la carne roja implicaría una caída del 7,9 % en la demanda.

Según los autores, estas medidas fiscales pueden servir como palanca eficaz para reducir el consumo de carnes asociadas a enfermedades crónicas y al alto impacto ambiental.

En 2023, México incorporó por primera vez criterios de sostenibilidad en sus Guías Alimentarias Nacionales, que recomiendan reducir el consumo de carne roja y evitar la procesada.

"El cambio climático ya está aquí, y no tenemos suficientes recursos en el planeta para mantener la demanda global de carne", dijo a EFE la autora principal, Kaela Connors.

"Los impuestos son una herramienta eficaz y rentable para fomentar una alimentación más saludable y sostenible".

Los hogares de menores ingresos son los que más reducen su consumo de carne cuando suben los precios, aunque ya consumen menos que los grupos de mayores ingresos. Además, tienden a sustituir la carne por alimentos nutritivos y accesibles de la dieta tradicional, como legumbres o mariscos.

Para evitar que estas medidas agraven las desigualdades, Connors propone destinar parte de la recaudación a subsidios o vales para alimentos saludables. "La clave está en garantizar que las alternativas nutritivas sean asequibles", añadió.

  • La investigadora de la Universidad de Edimburgo, que trabajó previamente con el INSP, considera que México está en una posición ideal para adoptar esta política: "Tiene un historial pionero, fue el primer país en aplicar un impuesto a las bebidas azucaradas en 2014, y ahora ha incorporado la sostenibilidad en sus guías alimentarias".

La investigación se diferencia de análisis previos porque va más allá del diagnóstico y propone una hoja de ruta concreta para intervenir desde la política fiscal.

Connors instó a aprovechar el respaldo político actual, marcado por iniciativas como la prohibición de comida "chatarra" en las escuelas públicas, para avanzar hacia una alimentación más saludable y sostenible.

"Es una oportunidad para que México logre al mismo tiempo sus objetivos de salud pública y de sostenibilidad", concluyó.