Guadalajara, Jalisco.

En 1994 había en el orbe 2 mil 700 sitios web. Hoy, 24 años después, existen 2 mil millones de sitios en la red de internet, informó el sociólogo e investigador de la UNAM, Raúl Trejo Delarbre, quien participó en el XV Encuentro Internacional de Humanistas, como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro (FIL).

Un consumidor promedio de internet está expuesto a 10 mil palabras al día. La novela Cien Años de Soledad tiene 137 mil 031 palabras. Por ello, Trejo Delarbre dijo que hoy la información es “constante, copiosa, creciente, extendida, dispersa y dudosa”.

“Seríamos muy felices –yo lo sería- si cada día dispusiéramos de tiempo para leer la fantástica historia de la familia Buendía (Cien Años de Soledad), pero la mayor parte de la información que recibimos todo el día y todos los días, está plagada de paja y lodo. Nos enteramos de infinidad de asuntos que podíamos ignorar y con frecuencia no acertamos a saber cuál es el centro de los acontecimientos relevantes”, subrayó.

A la mesa titulada “La 4ta. Revolución Industrial: el Humanismo en la Era Digital”, acudió la cónsul de Estados Unidos en Guadalajara, Robin Matthewman; Josep María Duart, profesor de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad Oberta de Barcelona, así como la ex subsecretaria de la SCT, Mónica Aspe. Moderó la discusión, la vicerrectora de la UdeG, Carmen Rodríguez Armenta.

Mónica Aspe, quien también es embajadora de México ante la OCDE, habló de los avances logrados con la conectividad en terrenos como la educación. Dijo que hay trabajos nuevos que surgirán y otros que se perderán.

“14% de los trabajadores estima la OCDE que están en alto riesgo que las tareas que realicen, se automaticen en los próximos 15 años. Lo que se automatiza son las tareas, no los empleos y cuando se automatizan tanto las tareas que realizamos, se pierde el empleo”, expuso.

A su vez, el académico catalán Josep María Duart, ponderó que los teléfonos inteligentes y las tabletas son una mera herramienta y quien le da un buen o mal uso, son las personas.

"La tecnología es una herramienta, creo que hay que verla como tal, como herramienta por definición no es ni buena ni mala. Lo que la hace buena o la hace mala, será la forma en como nosotros las personas las usemos. Lo que es cierto, es que es un instrumento clave en la sociedad de la información y es lo que nos ha permitido progresar a un ritmo vertiginoso”, finalizó.