Berlín, Alemania.
Alemania y Estados Unidos están preocupadas por una posible agudización de la situación en Siria, según dejaron en claro ayer el presidente estadounidense, Donald Trump, y la canciller alemana, Angela Merkel, en una conversación telefónica.
Los dos comparten la preocupación por los desarrollos en el país, sobre todo por la situación humanitaria en Idlib, informó el portavoz del Gobierno alemán Steffen Seibert. Rusia, en tanto, fue llamada a ejercer una influencia moderadora sobre el régimen sirio y evitar otra escalada.
Moscú es considerado un poder militar protector del jefe de Estado sirio, Bashar al Assad.
La región de Idlib es una de las últimas que se encuentra bajo control de los rebeldes y es controlada mayormente por la alianza radical-islámica HTS, liderada por un grupo escindido de la red terrorista Al Qaida. Tras la conquista de la mayoría de los territorios rebeldes en el sur, el Ejército sirio comenzó con los ataques a Idlib.
De acuerdo con Seibert, Merkel y Trump también hablaron de cuestiones comerciales y la situación en Ucrania y los Balcanes.