Washington, Estados Unidos.
Donald Trump denunció este sábado la existencia de "fraudes" y prometió desafiar a Joe Biden ante la justicia, pero hasta el momento no ha presentado ninguna prueba y sus alegaciones parecen muy insuficientes para alterar el resultado de las elecciones estadounidenses.
Pocos minutos después del anuncio por parte de la prensa de la victoria del demócrata Joe Biden, el presidente republicano consideró que la elección no estaba "terminada" y dijo que el lunes acudirá a los tribunales.
En diversos tuits, calificados de "engañosos" por la propia red social, habló de "decenas de miles de boletines llegados ilegalmente" y de una "grave" falta de transparencia en el recuento de los sufragios.
Los demócratas "se comportaron de una manera que sugiere un fraude", agregó con similar falta de precisión su abogado Rudy Giuliani en una conferencia de prensa en Filadelfia, en alusión a boletas de votación a nombre de personas fallecidas y a "manipulaciones".
Sus aliados denunciaron a su vez la existencia en algunos circuitos de "carteles que obstruían la vista" de los observadores del conteo y de boletas posdatadas y aseguraron que hubo ciudadanos que sufragaron fuera de los distritos electorales que les correspondía, sin proporcionar evidencias al respecto.
"La estrategia judicial de Trump no conduce a ninguna parte", dijo el profesor de derecho Rick Hasen. "No hará ninguna diferencia en el resultado de las elecciones", escribió en su blog, Election Law.
La "excepción" de Pensilvania
"No estoy en conocimiento de ningún recurso que tenga base legal, con una pequeña excepción en Pensilvania", sostuvo a su vez Steven Huefner, profesor de derecho en la Universidad de Ohio, aludiendo a las boletas llegadas por correspondencia en este estado clave, donde Biden triunfó por un margen reducido.
Tomando en cuenta los disfuncionamientos del servicio de correo y el mayor recurso al voto por correspondencia debido a la pandemia, los funcionarios demócratas del estado resolvieron antes de las elecciones que las boletas enviadas por correo hasta el martes serían válidas siempre y cuando llegaran a destino como máximo el viernes.
Los republicanos de Pensilvania acudieron a la justicia para anular esa decisión, pero la Corte Suprema se negó a intervenir, aunque dejó la puerta abierta a un análisis de fondo del problema después de la votación.
Las autoridades de Pensilvania ordenaron entonces contar por separado las boletas llegadas por esa vía, para el caso en que resultaran ulteriormente invalidadas.
Los republicanos aseguraron que en algunos circuitos electorales esa orden no se respetó y acudieron nuevamente a la Corte Suprema.
Uno de los integrantes del máximo tribunal, el muy conservador juez Samuel Alito, dispuso en la noche del viernes que todos los circuitos electorales de Pensilvania acataran la orden de apartar los votos llegados después del día de las elecciones.
Pero incluso si todos ellos fueran invalidados, serían insuficientes para dar vuelta el resultado final, al ser en principio mucho menos numerosos que los 37 mil votos que Biden le sacó de ventaja a Trump en este estado.