Nueva York, Estados Unidos.
Ni Lamar Jackson ni Patrick Mahomes: el MVP de la temporada 2023 de la NFL debería ser para Taylor Swift, cuyo extraordinariamente mediático romance con Travis Kelce no solo ha enamorado a las redes sociales sino que además ha supuesto un estupendo negocio para una liga encantada de sacar partido a la pasión de los 'swifties'.
El pasado domingo, los Kansas City Chiefs se impusieron a los poderosos Baltimore Ravens por 10-17 y se clasificaron para la Super Bowl de Las Vegas, donde el equipo liderado por Mahomes defenderá ante los San Francisco 49ers el título que conquistó el año pasado.
- Sin embargo, la gran imagen de la final de la Conferencia Americana (AFC) no fue la de los Chiefs triunfando en Baltimore, sino la de Taylor Swift y Travis Kelce abrazados tras el encuentro sobre el césped.
Ese fue el enésimo ejemplo de cómo Swift, la estrella del pop más importante del momento -con permiso de Beyoncé-, ha conquistado la NFL en poco más de cuatro meses.
Los rumores sobre una relación entre la cantante y el fantástico 'tight end' de los Chiefs se concretaron el 24 de septiembre cuando Swift acudió a las gradas del Arrowhead Stadium para ver el partido entre los Chiefs y los Chicago Bears.
Ese momento causó prácticamente un terremoto y, desde entonces, cada aparición de Swift en un estadio para apoyar a su novio se ha seguido con un interés descomunal, tanto que la NFL ya ha notado claramente el impacto de tener a la pareja de moda en EE.UU.
la formada por una cantante que pasó de sensación adolescente del country a lo más alto del pop y por una figura del deporte favorito del país.