Washington, Estados Unidos.
El inspector general que supervisa la ayuda humanitaria estadounidense para Afganistán, John Sopko, denunció este martes ante el Congreso que los talibanes se quedan con parte del dinero enviado por Washington.
"Parecería que la única manera de garantizar que no llegue dinero a los talibanes sería eliminar toda ayuda a Afganistán", aseguró Sopko, inspector general especial para la Reconstrucción de Afganistán (Sigar, en inglés).
El alto funcionario estadounidense aseguró en una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes que las investigaciones de su oficina "confirman que quienes controlan las armas controlan la ayuda".
Desde la salida de Estados Unidos de Afganistán en septiembre de 2021, Washington ha aprobado más de 2.500 millones de dólares para ayuda humanitaria y para desarrollo.
Según la oficina del Sigar, que no tiene presencia en Afganistán desde 2021, los talibanes han creado un entramado que "interfiere y divierte" el dinero que fluye para ayuda humanitaria a través de contratos e impuestos.
- Sopko explicó que los talibanes aplican presiones para que se contrate a personas o empresas vinculadas con ellos para proyectos financiados con la ayuda o que recaudan impuestos de quienes reciben la ayuda.
"Mucha gente en EE.UU. y otros países donantes creen que están enviando ayuda al pueblo afgano evitando a los talibanes. Esto se puede ver como una ficción útil, ya que tranquiliza a donantes y contribuyentes, pero ignora el hecho que ha descubierto Sigar: es imposible eludir por completo al régimen talibán", aseguró.
El alto funcionario indicó que "no existen buenas opciones para los responsables políticos a la hora de proporcionar asistencia humanitaria en un entorno como Afganistán", ya que cortar el grifo provocaría "un desastre humanitario".
"Si no brindamos asistencia, ocurrirá un desastre humanitario. La gente simplemente morirá de hambre y en las calles", afirmó Sopko, que advirtió que además Estados Unidos perdería el "mínimo control o influencia" que Washington pueda tener sobre los talibanes.
"Los donantes deben sentirse cómodos con la idea de que lograr un objetivo probablemente llegará a costa de otro", concluyó.