París, Francia.
La estadounidense Simone Biles volvió a volar este sábado en París para conquistar su tercer oro en París-2024, y el séptimo de su carrera, tras arrebatarle el título de salto a la brasileña Rebeca Andrade, plata, con una actuación espectacular que deja muy lejos la pesadilla de Tokio.
De nuevo inalcanzable, Biles recuperó así otro de los oros que ganó en Rio de Janeiro-2016 y que no pudo defender en Japón, cuando padeció un bloqueo mental, encabezando un podio que completó la estadounidense Jade Carey, que fue bronce.
Recuperada de los temidos "twisties", unos peligrosos episodios de desorientación que la dejaban perdida en el aire, el paso de Biles, de 27 años, por París solo se cuenta de momento en oros.
La gimnasta más condecorada de la historia, que suma ya diez medallas olímpicas en total, ha ganado todas las pruebas en las que por ahora ha participado en estos Juegos, a los que el equipo estadounidense de gimnasia bautizó como los de la "redención".
- Protagonista -
Vestida hoy con un maillot rojo, Biles volvió a ser la más aplaudida del Arena Bercy, adonde regresaba tras recuperar el jueves su corona en el concurso general en una emocionante final mano a mano, de nuevo, con Andrade, y del triunfo por equipos el martes.
Cuarta en saltar, Biles aguardaba su turno concentrada junto a su entrenador, Laurent Landi, y su compañera Jade Carey hasta que su nombre sonó en la megafonía del estadio, y los aplausos de más de 10.000 personas volvieron a acompañarla hasta la línea de salida.
Con su pantorrilla izquierda otra vez vendada, resentida de un viejo dolor desde las clasificaciones, Biles tomó una respiración profunda y enfiló los 25 metros de carrera hacia el potro para mostrarle por última vez a París el complejo Yurchenko doble carpado que lleva su nombre.
Calificado con una dificultad de 6,4, una buena ejecución del Biles II la hace inalcanzable para las demás, y al aterrizar medio oro llevaba ya su nombre.
También completó precisa el segundo salto, del que volvió con esa sonrisa serena que exhibe en París. Su parte estaba hecha y, con una media de 15,300 puntos, el salto se complicaba mucho para Andrade, que competía dos lugares después.
- Acostumbrada a la presión, la brasileña aterrizó clavada de su primer salto mientras le aclamaba la hinchada de su país y por megafonía sonaban acordes de samba. El ejercicio le valió un notable 15,100, pero su media descendería después del segundo, con un aterrizaje algo menos firme, para quedarse en 14,966.
Ovacionada por un público que le reconoce que es la mejor de todas las gimnastas que no se llaman Simone Biles, la paulista, de 25 años, sonrió consciente de que, una vez más, le tocaría estar un peldaño por debajo de la que muchos consideran la mejor gimnasta de la historia.
- ¿A por más? -
La carrera de Biles no ha terminado todavía ya que el lunes tiene plaza para las finales de suelo, donde fue campeona en Rio-2016, y de viga de equilibrio, en la que acumula dos bronces (uno en Rio-2016 y otro en Tokio-2020).
Si lo consigue podría irse de París con cinco oros, lo que elevaría su balance de títulos olímpicos a nueve, los mismos que la leyenda Larissa Latynina, el máximo por ahora en la gimnasia.
Por su parte, Andrade sumó su tercera medalla en París-2024, tras la plata en el concurso individual y el histórico bronce por equipos al que condujo a Brasil, elevando su palmarés olímpico a cinco medallas, lo que le empata con los mayores medallistas de su país.
También clasificada para las mismas finales que Biles, el lunes volverán a encontrarse. Y a obligarse a dar lo mejor de sí mismas.