Guadalajara, Jalisco.
Nueve meses después de haber aplicado un estudio cualitativo y cuantitativo el Instituto Jalisciense de la Mujer, de cómo son y cómo ejercen las violencias los hombres en Jalisco, el organismo presenta los resultados que, lejos de indicar que hay transformación en prácticas culturales que fomentan la violencia de género, confirma que las políticas públicas puestas en marcha durante el sexenio de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, fracasaron.
Aunque para la directora del instituto, Erika Loyo es un gran avance tener el resultado. A la academia le sirven los resultados y la próxima administración gubernamental está en derecho de usar o no el estudio que se realizó a través de 300 encuestas y con recurso federales, los datos revelados, exhiben roles y conceptos que continúan fomentando violencia hacia la mujer.
Mauro Vargas director de Gendes A.C., desmenuzó algunos resultados ya visibles en la página del instituto jalisciense de las mujeres, como que los hombres siguen creyendo que tienen un nivel de superioridad sobre la mujer.
De los 300 hombres encuestados y reclutados para un grupo focal, el 51% cree que su deber es mantener a la familia, el 38% trabajar y el 23% entiende el papel de la mujer desde una perspectiva de igualdad.
En las opiniones vertidas en el grupo focal, explicó Mauro Vargas, características como barba, bigote, ser violento, líder y caballeroso, son rasgos elementales de la masculinidad, por lo que no sorprende lo que el 57% de los encuestados cree sobre la sexualidad de la mujer.
Si el 57% cree que las mujeres están para satisfacer a los hombres, no sorprende que el 49% piense que los comentarios en la calle son un halago y no un acoso.
El dato duro sobre lo que opinan el 70% de los encuestados, 38% hombres de nivel socioeconómico alto/medio y el 32% de nivel socioeconómico bajo, es decir, ricos y pobres, que el hombre es superior a la mujer, sintiza la visión desde donde se sigue educando y definiendo roles como áreas de desempeño sin igualdad.