Sao Paulo, Brasil
Cuando el sorteo del Mundial de Clubes encuadró a Botafogo con el París Saint-Germain y el Atlético de Madrid en la ronda inicial, muchos pensaron que sus jugadores deberían conformarse con ver a Mickey Mouse a su paso por Estados Unidos, pero Renato Paiva construyó un equipo que destrozó los pronósticos.
Bajo el mando del entrenador portugués, de 55 años, el equipo de Rio de Janeiro se clasificó para octavos de final en el duro Grupo B y dejó un momento inolvidable en el camino con su victoria 1-0 ante el PSG campeón de Europa.
No importó la derrota 1-0 sufrida el lunes ante el Atleti, porque el objetivo de avanzar se cumplía.
"Si Renato Paiva hubiese dicho en Brasil (antes de viajar) que pasaríamos en este grupo, hubiese sido blanco de burlas de todo el mundo. Hicimos lo que nadie estaba esperando y tenemos que valorar eso", celebró el entrenador en conferencia de prensa.
"El torcedor de Botafogo tiene que estar orgulloso de este pantel y de todo el fútbol brasileño", agregó.
Paiva asumió la dirección del Fogão a finales de febrero, en un momento en el que el cuadro carioca estaba lejos del nivel que alcanzó el año pasado al ganar un histórico doblete con los títulos de la Copa Libertadores y del Brasileirao con otro entrenador llegado a Brasil desde Portugal, Artur Jorge.
Poco a poco, el equipo reencontró el rumbo, haciéndose notar ahora en el Mundial de Clubes.
"Para quienes íbamos solo a conocer a Mickey, no está nada mal", bromeó el lateral Alex Telles ante los micrófonos de la plataforma deportiva DANZ.
- "Gabriela, Clavo y Canela" -
"Brasil es un país inmenso, con un fútbol muy especial, con muchos buenos jugadores (...). Siento mucho orgullo por representar a Brasil", comentó Paiva tras la clasificación.
Es un país por el que siente fascinación.
En una entrevista con el diario O Globo, el entrenador de Botafogo recordó su niñez en Portugal, más marcada por el "boom" internacional de las telenovelas brasileñas que por las caricaturas de Disney del famoso ratón Mickey.
- "Tiene que ver con mi cultura, mi infancia", relató. "Pasé mi niñez esperando 'Gabriela, Clavo y Canela', a las 9 de la noche, que fue la primera gran novela que llegó a Portugal", rememoró en referencia a una telenovela que adaptó en 1975 el conocido libro de Jorge Amado de 1958 con Sonia Braga como protagonista.
Sonaba también en su casa música de artistas como Gal Costa, Rita Lee o Caetano Veloso.
No extraña entonces que su esposa, la psicóloga deportiva Michelle Rizkalla Melhem, sea brasileña.
Paiva la recordó entre risas cuando, después de la resonante victoria del Botafogo ante el PSG, recibía un emocionado beso del propietario del club, John Textor, frente a las cámaras de televisión.
"Prefiero uno de mi mujer, pero...", lanzó con una carcajada.
- América -
La carrera como entrenador de Paiva comenzó en el Benfica, dedicado a la formación de jóvenes promesas en las categorías base.
Si bien llegó a escalar hasta el primer equipo como entrenador interino, entre julio de 2018 y enero de 2019, su consagración en los banquillos llegaría lejos de casa, cuando hizo maletas para dirigir en América.
Campeón en Ecuador con Independiente del Valle en la temporada 2021-2022, su trabajo siguió en México con León y Toluca y en Brasil con Bahía y, ahora, Botafogo.
Con su estilo mordaz en la sala de prensa, Paiva aspira a más. Tiene buenas razones para ello en la solidez defensiva de la dupla de centrales de Jair Cunha y el impecable argentino naturalizado uruguayo Alexander Barboza, la capacidad de filtrar pases del venezolano Jefferson Savarino y el olfato goleador de Igor Jesus.
Ya avisaba antes de enfrentar al PSG que "el cementerio del fútbol está lleno de favoritos". Prepara el próximo funeral, con el difícil Palmeiras de su paisano Abel Ferreira como rival en los octavos de final el sábado.