Guadalajara, Jalisco.
Como una ciudad que enfrente un grave estrés hídrico, así describe el director general del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León, Enrique De Haro Maldonado, la crisis de agua potable que enfrentan.
Expone que cada vez son más profundas las extracciones que hacen del acuífero y por estas razones para ellos el acueducto del Zapotillo a León es una apuesta viable.
Enrique De Haro Maldonado explica que cada año baja el nivel de los pozos en 1.5 metros y esto ha motivado que el servicio de agua llegue a las casas 10 o 12 horas al día, pese a todo gracias a programas de cultura del agua han conseguido reducir el consumo individual a 136 litros por día, mientras que el promedio nacional supera los 200 litros por persona.
El director del SAPAL desmiente las versiones de que León cuenta con otras fuentes de abasto en lugar de pensar en las aguas del Río Verde desde El Zapotillo, como es la Sierra de Lobos o las presas en el estado.
Sobre los señalamientos de que el agua que pretenden traer de Jalisco sería para darle sobre todo un uso para las industrias, aclara que la mayor parte de las cuentas son residenciales.
Enrique De Haro Maldonado menciona que actualmente León consume 85 millones de metros cúbicos anuales y la concesión que le otorgaron es por 119 millones de metros cúbicos que le permitirían dar respiro a los mantos freáticos y permitir su recarga.
Aun así en caso de que se reanudara la obra del Zapotillo, todavía tendrían que esperar varios años para recibir el agua.
El director general de SAPAL insiste en que la mejor opción es la presa El Zapotillo y con una cortina a 105 metros de altura, porque sostiene que el Río Verde sí tiene el agua suficiente. Sin embargo, reconoce que están en manos de la decisión del presidente López Obrador.
Y visto a la distancia, después de todo lo que ha sucedido con la empresa española Abengoa, que obtuvo la concesión y después renunció a construir el acueducto, Enrique De Haro Maldonado, señala que al principio pareció ser la mejor opción, pero admite que hoy a juzgar por su abandono del proyecto, y no lo es.
Seis años después de haber ganado la licitación del acueducto El Zapotillo a León, Guanajuato, la única huella que queda de Abengoa en tierras de Guanajuato son decenas de tuberías empolvadas y olvidadas.
Todo el proyecto y con los recursos recibidos, parecen haber sido enviados por la compañía española, literalmente por un tubo.
- Por un tubo, el acueducto de Abengoa || Parte V- 30 julio, 2021
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