¿Por qué Cuba es una cantera inagotable en el triple salto?
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Tokio, Japón. 

El año pasado, tres atletas nacidos en Cuba pero representando a países europeos coparon el podio olímpico masculino del triple salto, una disciplina donde la isla caribeña ha sido históricamente un vivero de talento.

Cuba es la potencia tradicional del atletismo latinoamericano y acumuló en su historia 15 medallas en Mundiales al aire libre en esa disciplina, de las hasta ahora 64 del total, a lo que añade tres metales olímpicos.

En el Mundial de Tokio, donde el triple salto arrancará su competencia femenina el martes y la masculina el miércoles, esta disciplina es una de las grandes esperanzas cubanas, como ya ocurriera hace dos años en Budapest, donde los tres metales (una plata, dos bronces) cosechados por la delegación fueron gracias a esta prueba.

¿Pero qué tiene Cuba para mantenerse contra viento y marea como escuela de referencia en esta prueba?

- Primera parada: Moscú -

Una figura clave en esa fortaleza es Julio Bécquer Pino, que tiene actualmente 84 años y que es considerado padre de la escuela cubana de saltos además de haber sido director técnico del área nacional de saltos del país durante dos décadas (1979-1999).

El primer punto de este viaje en el tiempo lleva a la Unión Soviética. Bécquer llegó a Moscú en 1964 para cursar durante cinco años estudios de Educación Física, con especialización en atletismo, y más en concreto en saltos horizontales (salto largo y triple salto).

"Como éramos los primeros cubanos allí, en aquellos tiempos en Moscú, teníamos privilegios muy grandes, nos daban un trato inmenso", recuerda a la AFP desde Fuengirola (sur de España).

En aquellos años pudo tratar directamente con algunos nombres de la élite de la disciplina, como Viktor Saneyev (tres veces plusmarquista mundial al aire libre y tres veces oro olímpico), su entrenador Vitold Kreyer u otra figura de la prueba, Leonid Shcherbakov, también explusmarquista mundial y plata olímpica en Helsinki 1952.

- Nuevos métodos -

"La estancia en la Unión Soviética me dio la posibilidad de formarme en todos los sistemas de entrenamientos, de estudiar todo. Al regreso a Cuba, Shcherbakov estaba de técnico allí. Había sido profesor mío y nos reencontramos", relata.

  • Las relaciones de cooperación URSS-Cuba de la época favorecieron la presencia de grandes preparadores del deporte soviético y los frutos no tardaron en caer.

Pedro Pérez Dueñas, pupilo de Shcherbakov, batió el récord del mundo llegando a 17,40 metros en los Juegos Panamericanos de Cali de 1971.

"Estábamos allí y fue apoteósico, movió los cimientos del triple salto en el mundo entero. Eso me incitó a profundizar en el trabajo",

cuenta Bécquer, que tuvo luego otra estancia en la Unión Soviética para hacer un doctorado, antes de regresar de nuevo a su país.

"Nos fuimos adentrando en el estudio del triple salto, con otros compañeros, discutíamos mucho sobre los entrenamientos. Cuando terminaron los soviéticos, yo tuve el honor de dirigir ese colectivo durante veinte años", relata.

"Siempre estuvimos muy pegados al trabajo de la ciencia y de las capacidades de nuestros triplistas. En aquel entonces los atletas rusos utilizaban mucho los elementos de fuerza total,

yo decía que los cubanos no podían hacer tanta fuerza cuando tenemos una rapidez que no tienen ellos, somos buenos esprinters.

 Empezamos a trabajar mucho la fuerza rápida y la velocidad, a establecer las posibles coordinaciones", analiza.

- ¿Más en Tokio? -

En las últimas cuatro décadas, la presencia cubana en los podios internacionales ha sido frecuente en el triple salto, con una larga lista donde figuran nombres como Yoelbi Quesada, Aliecer Urrutia, Yoandri Betanzos, Yamilé Aldama o las dos veces campeona mundial Yargelis Savigne, entre otros muchos.

  • En París 2024, tres triplistas nacidos en Cuba estuvieron en el mismo podio olímpico: Jordan Díaz oro para España, Pedro Pablo Pichardo plata para Portugal y Andy Díaz bronce para Italia.

Pese a no ganar para Cuba, Bécquer asegura sentirse muy contento por considerarlo "éxitos del sistema cubano".

El trío promete una nueva batalla en este Mundial.

En el Mundial indoor del pasado marzo en China, Andy Díaz fue ya campeón, mientras que representando a Cuba Leyanis Pérez y Liadagmis Povea fueron oro y plata, respectivamente.

Leyanis Pérez llega a Tokio como la mejor de la temporada del triple salto aunque tendrá una dura rival en la venezolana Yulimar Rojas, que regresa de una lesión y que

se ha convirtió en la mejor de la historia en el triple salto gracias a las enseñanzas precisamente del mito cubano Iván Pedroso,

que en su época de atleta fue la estrella del salto largo.