Guadalajara, Jalisco.
Tras de haber sido robada en dos ocasiones, la asociación 22 de Abril en Guadalajara promovió la reinstalación de la placa que identifica a la escultura “Estela contra el Olvido”, que recuerda las explosiones del sector Reforma, ocurridas en 1992.
La obra escultórica se localiza en el jardín de San Sebastián de Analco, en el cruce de las calles Guadalupe Victoria y 28 de Enero. Fue instalada el 22 de abril de 2004, en el aniversario número 12 de la tragedia, con la cooperación de ciudadanos y de las universidades de Guadalajara (UdeG) y del ITESO y el trabajo gratuito de su autor, Alfredo López Casanova.
Fotografía: Ignacio Pérez
La “Estela contra el Olvido” permanece “olvidada” por el Ayuntamiento de Guadalajara, ya que la fuente que está a su alrededor no funciona desde hace meses. Por ello, tanto el escultor como Lilia Ruiz Chávez, presidenta de la asociación 22 de Abril en Guadalajara, solicitaron al alcalde Ismael del Toro Castro, que mejor quiten la fuente y en su lugar pongan un jardín.
“Que sea una jardinera, que ya no sea fuente, porque la fuente está apagada y no luce o está llena de basura, entonces, mejor que sea una jardinera. Siempre pasó lo mismo, en todos estos años que tiene de construida esta escultura, nada más para el 22 de abril se mantiene en orden”, se quejó Liliana Ruiz.
Fue con la aportación de llaves de bronce de la gente y la cooperación de las dos universidades, como se pudo fundir la escultura. La iniciativa comenzó en 2002 y se concretó dos años después.
El artista Alfredo López Casanova dijo que una de las críticas que se le han hecho a la “Estela contra el Olvido” es que muestra en forma cruda, los rostros de las víctimas del estallido del colector. Admitió que en efecto, se trata de que la obra llame la atención de los peatones y visitantes, para que no se olvide la tragedia que enlutó a más de 200 hogares de los barrios de Analco y la Luz y de colonias como Quinta Velarde y Universitaria.
“Es una escultura que quiso retratar, que quiere retratar la tragedia. Es como congelar los sucesos en una escultura, porque la memoria es frágil; tiende a olvidarse muy rápidamente y si ustedes le preguntan a un joven que viva aquí, no les va a decir qué sucedió, se ha olvidado muy rápido”, indicó.
Lilia Ruiz expresó que persiste el problema de la entrega de medicamento para los 62 sobrevivientes y sus familias, ya que en el Hospital General de Occidente, les surten sólo algunas medicinas.
La placa nueva fue donada por el sociólogo Jorge Eufrasio Jaramillo, quien elabora un documental sobre el 22 de abril.
Fotografía: Ignacio Pérez
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