Guadalajara, Jalisco.
Rosario, Consuelo Viridiana y Katia exigieron al Gobierno de Jalisco garantizar una vida libre de violencia y el cumplimiento de las leyes; ellas han sido víctimas de maltrato y violación en albergues, acoso sexual escolar y en la política, y reclaman alimentos para sus hijos.
Rosario Núñez Vázquez, vivió siete años en el albergue Un Cielo para un Ángel.
Consuelo Domínguez, madre de familia denunció que su hija padece anemia de primer grado tras sufrir acoso sexual por parte de un profesor de la Secundaria Seis Mixta.
Presentó una denuncia en Ciudad Niñez y una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ) con el número 519 sin que a la fecha prosperen ambas demandas.
Viridiana Álvarez desde hace dos años, milita en Morena, denunció que además de maquillar la Ley de Paridad, las militantes son víctimas de acoso sexual.
Katia López, teme por su vida tras demandar al padre de familia de su hijo para que asuma la responsabilidad de la alimentación.
La Fundación “Por nuestros niños” da cuenta de estos casos para evidenciar las afectaciones directas e indirectas que sufren las familias víctimas de violencia institucional, la falta de garantías por proteger a menores en albergues y la burocracia por la que atraviesan para garantizar su protección.