Guadalajara, Jalisco.
¿Es posible que las palabras sumen o resten poder a una problemática nacional? ¿Tú qué piensas? ¿Realmente el Chapo Guzmán es el gran capo de la droga? y qué hay de ¿Abrazos no balazos? ¿Se acabó la guerra contra el narco?
Estas y otras interrogantes surgen a partir de la lectura de “La guerra en las palabras” del periodista Oswaldo Zavala, un libro que reflexiona sobre cómo el lenguaje se convirtió en un factor determinante en el fenómeno del narcotráfico en México.
A lo largo de cuatro décadas, el sistema político mexicano creó una narrativa acerca del narco y una explicación para justificar los altos índices de violencia en el país.
“La guerra en las palabras es una exploración sobre el discurso oficial que utilizamos para hablar del narcotráfico y la manera en que guía y permea no solo la percepción general sobre el tema sino también cómo ese mismo discurso termina legitimando la política del estado”.
Para escribir el libro, Oswaldo realizó una profunda investigación que incluye la revisión de hemerotecas, documentos oficiales, trabajos académicos y periodísticos; así como del Archivo General de la Nación y las bibliotecas presidenciales de Estados Unidos.
Fotografía: Twitter @Oswaldo_Zavala.
Zavala identificó cuatro momentos claves en la construcción del discurso: en 1975 cuando Estados Unidos y México ejecutan un operativo militar para erradicar la marihuana y amapola, utilizando herbicidas tóxicos en la zona del triángulo dorado.
La segunda faceta comienza en 1985 cuando es asesinado presuntamente por el Cártel de Guadalajara, el agente encubierto de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena. El gobierno de EUA aprovechó este escándalo diplomático para forzar la transformación de la política de seguridad en nuestro país.
La tercera etapa hace referencia al Cártel de Juárez, pues la DEA en conjunto con el FBI organizaron una campaña mediática para promover la idea de que era la organización criminal más grande. Posteriormente, aparece el famoso corrido de los Tigres del Norte “El jefe de jefes”.
La última parte aborda el sexenio de Felipe Calderón, donde el mandatario declaró la guerra contra el narco -que continuó Peña Nieto- a través de una estrategia de militarización que afectó a los sectores más vulnerables de la sociedad; y que más tarde suspendería Andrés Manuel López Obrador.