Ciudad de México.
La organización civil Casa CEM, radicada en Guadalajara, estado de Jalisco (oeste), exigió este miércoles al Gobierno de México que prohíba la producción, importación y exportación de cromatos de plomo, un compuesto de alta toxicidad.
En una conferencia de prensa virtual, la directora del colectivo, Sofía Chávez, explicó que existen alternativas "libres de plomo" para sectores que, tradicionalmente, lo han usado, como la alfarería y la producción de pinturas y de plásticos.
"México debe de prohibir la producción, importación y exportación de cromatos de plomo", reclamó, así como la restricción de la venta de óxidos de plomo.
Si bien recordó que este último material se usa para fabricar baterías de plomo ácido, presentes en los automóviles, exhortó al Ejecutivo federal a que "prohíba los usos que no son necesarios".
En conjunto, y con un fortalecimiento de los "mecanismos fronterizos de control" para el flujo de sustancias, Casa CEM aspira a conseguir una "normatividad integral y contundente" que, acompañada de una "estricta vigilancia", garantice unos usos correctos del plomo.
Las peticiones hacia la administración que, hasta el 1 de octubre, capitanea Andrés Manuel López Obrador quedan recogidas en el informe 'Toxicidad Mexicana', que denuncia que "el envenenamiento por plomo ha sido identificado como un problema omnipresente en México".
La prohibición de la gasolina con plomo en 1997 supuso una "disminución en las concentraciones de plomo en el aire", pero las Encuestas Nacionales de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2018 y 2019, que estudiaron la concentración de plomo en sangre (PbS) en infancias de entre uno y cuatro años, dieron una radiografía preocupante.
"Los resultados estimaron que el 17,4 % de la población infantil en México de uno a cuatro años presenta intoxicación por plomo (...), lo que equivale a 1,4 millones de niños y niñas", explica el texto.
El uso de plomo en las pinturas es, quizá, el más riesgoso para los pequeños, según Chávez: "El problema es que, cuando se despedazan, pensemos en juegos infantiles, los niños están altamente expuestos, se lo llevan todo a la boca".
Para Chávez, el plomo es un tóxico "verdaderamente muy serio y silencioso"; sin embargo, advirtió de que muchas industrias mexicanas "no han transicionado".
En el terreno de la alfarería, Casa CEM visitó 48 talleres y tan solo el 14 % de ellos habían abandonado el uso del plomo.
"También encontramos que los alfareros no querían decir el origen de sus suministros y que estos tampoco no estaban etiquetados", algo "muy grave" porque no informa a los productores de la toxicidad de los materiales.
- Para las pinturas y los plásticos, en México se utiliza el cromato de plomo, un pigmento muy común en la industria que, en la Unión Europea (UE), ya está prohibido debido a su alta toxicidad desde principios de los 2000.
"En franca regresión" desde 2018
Por otra parte, Chávez lamentó que, durante el sexenio de López Obrador (2018-2024), la normativa para controlar el uso de compuestos de plomo ha entrado "en franca regresión", pues el texto anterior al actual "era mucho más estricto".
"Ha habido muchos cambios en el personal y en las secretarías que tendrían que encargarse de este tema", desgranó la directora, que acusó al Gobierno mexicano de "gravísima omisión".
"A sabiendas de que tenemos un problema", aseveró.
Aseguró estar "pasmada" ante esta situación, por lo que reiteró la posición de la organización.
"No querríamos que se prohibiera el plomo porque se usa en muchas aplicaciones. Incluso, hasta reactivos de laboratorio tienen plomo. Lo que queremos es que no llegue a donde no tiene que llegar", sentenció.