El Cairo, Egipto.

Médicos Sin Fronteras (MSF) advirtió este viernes de que las vidas de miles de niños en un campamento de desplazados en el oeste de Sudán "corren un alto riesgo" por desnutrición aguda severa, e instó a una rápida acción para la entrega de ayuda urgente, "incluso mediante lanzamientos aéreos".

"Estamos hablando de miles de niños que morirán en las próximas semanas si no se toman las decisiones adecuadas", alertó el coordinador de emergencias de MSF en Sudán, Michel Olivier Lacharité.

Lacharité avisó de la deteriorada situación humanitaria en el campo de Zamzam, cerca de la ciudad occidental de Al Fasher, capital de Darfur del Norte, y que acoge a centenares de miles de desplazados.

"Necesitamos urgentemente soluciones que permitan que la ayuda humanitaria y los bienes esenciales lleguen de inmediato al campo de Zamzam", añadió.

Indicó que "la catastrófica situación nutricional en Zamzam sigue deteriorándose de forma cada vez más grave", y que "entre los más de 29.000 niños menores de 5 años examinados durante una campaña de vacunación en el campo, el 10 % sufre desnutrición aguda severa, lo cual significa que sus vidas corren un alto riesgo".

Ante estos datos, MSF insta a las Naciones Unidas, y "a los diversos actores internacionales implicados en la negociación de un acceso humanitario más amplio, a que consideren todas las opciones posibles para entregar rápidamente alimentos y suministros esenciales en la zona, incluso mediante lanzamientos aéreos".

La nota hace hincapié en que la mayoría de las carreteras a través de las cuales podría hacerse llegar los suministros están controladas por las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), enfrentadas con el Ejército regular desde abril de 2023.

Las FAR -añade- "han hecho prácticamente imposible llevar alimentos terapéuticos, medicinas y suministros esenciales al campo (de Zamzam) desde que se intensifican los combates en torno a Al Fasher el pasado mes de mayo".

• La guerra en Sudán, iniciada en abril del año pasado, ha convertido al país en escenario de una de las peores crisis humanitarias y de desplazamientos del planeta, con más de 10 millones de personas que huyeron de sus hogares, según la ONU.