Necesario actualizar Convención sobre los Derechos de los Niños




Por Tatiana Sánchez

Se acerca el Día del Niño en México y no deja de ser importante traer a colación su principal objetivo, velar por los derechos de los menores.

El documento que en el ámbito internacional los establece es la Convención sobre los Derechos de los Niños, emitido y aprobado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1989. Al respecto, habla José Mavio Ramírez Trejo, visitador regional de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco:

En su tiempo fue un documento muy avanzado que contiene derechos personales de los menores, derechos económicos, sociales y culturales. (Este) documento ha sido firmado, suscrito por 196 países que casi es la totalidad de la comunidad internacional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”.

Esta Convención sobre los Derechos de los Niños contiene los derechos elementales para el cuidado y la protección de todos los menores. Ejemplo de ello, por mencionar sólo algunos, son los derechos a la igualdad, a un desarrollo integral, a la alimentación, al vestido, a la salud, a la educación, al descanso, a vivir una vida libre de violencia y a tener un hogar.

Sin embargo, a pesar de que tanto la Declaración de los Derechos del Niño, como la Convención Sobre los Derechos de los Niños y Niñas, se aprobaron hace más de 30 años, el visitador regional de Derechos Humanos considera que hoy en día es necesaria una revisión de estos documentos con la finalidad de actualizar y agregar otros derechos:

“Han pasado ya casi treinta años de esta convención y creo que ahora la comunidad internacional y nosotros en México necesitamos ampliar estos derechos de los niños, como por ejemplo el derecho a la información, el derecho de ser escuchado de cualquier menor. […] Creo que ahora el punto siguiente es ver de qué manera la legislación interna puede garantizar estos derechos que están en la convención y la segunda, a quién corresponde esa responsabilidad, porque en el caso de los menores efectivamente la responsabilidad directa es de los padres. Sin embargo, tenemos familias que son disfuncionales, familias que ya no están integradas por padre y madre sino que solamente están integradas por el padre o la madre, o realmente también hay niños que se encuentran abandonados”.

Ramírez Trejo señala que si no serán los padres los responsables, el Estado Mexicano debe revisar sobre quién va a caer la responsabilidad de hacer valer los derechos de niños y niñas: si en los abuelos, en otros parientes, en instituciones de beneficencia, tutores o en el propio gobierno. Y lo anterior, según indica, sobre todo porque en ocasiones no quedan claras las garantías y el proceso por el que los niños tienen acceso a estos derechos, como ocurre en los casos de niños migrantes:

“La población mexicana emigra en su mayoría a los Estados Unidos de Norteamérica y desafortunadamente de esos 196 países que yo te comentaba, Estados Unidos no ha querido ratificar la Convención Sobre los Derechos del Niño, esa convención establece en el artículo 10 que es obligación de los países, de los estados, el permitir o aceptar la solicitud de un niño o de sus papás para entrar a un país o salir de él cuando el motivo de esa visita al país sea una reunión familiar tomando en cuenta asuntos humanitarios”.

En muchos casos de migración en los que se ven involucrados niños y niñas, sus derechos no son respetados, lo mismo que en el caso de niños en situación de calle o niñas que no tienen acceso a la educación, a la  salud, a momentos de esparcimiento y tranquilidad y a no ser vulnerados. Por tanto, son necesarias la actualización de la convención sobre los derechos de los niños, así como ejercer presión sobre las instituciones públicas y privadas para éstos se hagan valer.

Imagen ilustrativa sobre los derechos de los niños. Crédito: Ciudadanía y Solidaridad A. C.