Mi casa la ciudad
Rampa para discapacitados en Centro histórico




Por Paúl Martínez Facio

La inclusión como centro del desarrollo urbano es un tema complejo. Implica la participación de todos los sectores que componen la población, de los cuales demanda un cambio en el modo en que se concibe el espacio, en tanto área de convivencia física como ideológica. Virginia Martínez, tallerista de sensibilización, comparte al respecto:

«El tema de la inclusión es muy amplio, de pronto escuchamos la palabra Inclusión y pensamos que inclusión es sólo una rampa, y no es así. La inclusión viene desde adentro de la persona, desde tener esa capacidad de entender que nadie estamos exentos de vivir una discapacidad… creo que si de verdad fuéramos incluyentes desde ahí, ni siquiera tendríamos por qué estar viviendo estos talleres, porque nuestra ciudad y nuestros negocios y nuestras instituciones, estarían aptas para todos»

En este sentido, implica una apropiación del espacio público como una representación del espacio doméstico, en buena medida, requiere de ver la ciudad como vemos nuestra casa, para de este modo iniciar con los cambios que están en nuestras manos. Luis Octavio Martínez Arquitecto, apunta:

«Desde la célula más pequeña que es una casa, nuestras casas no son incluyentes, porque ves por ejemplo, cuanto todos están sanos en la casa, la casa funciona perfecto; pero cuando de repente hay algún enfermo que ya no se puede, a lo mejor, mover con la misma agilidad con la que se movía, ya tienes que empezar a adaptar la casa a las necesidades de esa persona enferma, por x cuestión, desde quitar escalones, hacer rampas, poner pasamanos en ciertas zonas de la casa, y pues a fin de cuentas eso es una casa incluyente,  y si eso lo traduces a la ciudad, pues es un macro mundo el que tenemos por resolver»

Sin embargo, aunque el tema de la inclusión comienza en el ámbito del individuo y su manera de interpretar el espacio en el que habita, existen en la actualidad recomendaciones y agendas internacionales que permiten a quienes planean y desarrollan las ciudades tener una guía práctica acerca de las acciones y objetivos a seguir en el espacio público. Como una política práctica, Leticia Hernández Villalpando, recomienda:

«Haría ese énfasis con las instituciones que otorgan los permisos, como lo son PLADUE, en algunas ocasiones Obras Públicas, cuando hace alguna obra, en esa parte, cuidar esos detalles, con esos requisitos, con esa normatividad»

Y es que desgraciadamente muchas veces la ignorancia o la poca empatía que mostramos entre nosotros, o para con las personas discapacitadas, se convierte en una barrera mucho más difícil de derrocar que aquellas que son físicas. Pues por desgracia, seguimos construyendo acorde a las necesidades inmediatas, olvidando que en la medida en que mejoremos la ciudad, será más amable para todos. Mayra, tallerista y usuaria de silla de ruedas, comparte:

«A mí en lo particular me tocó en una de las rampas, esta está en lo que llamamos “la canchita”, cuando se adecuó esa parte de la calle, entonces ahí yo le dije a la persona que andaba trabajando en ese momento, que la rampa, pues como la estaban manejando no era lo correcto, él me dijo simplemente “que él seguía ordenes de su arquitecto”; entonces creo que ahí tenemos que hacer la conciencia, que no hagamos las cosas a como nosotros creemos que son, que las hagamos a según las normas de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y que sean serviciales para quien están destinadas»

Hay que recordar además, que el hecho de que algunas personas consigan superar las barreras y obstáculos que les colocamos, no significa que eso sea lo correcto, o que debamos asumirlo como normal. Sobre la situación de las personas discapacitadas en la actualidad, Vicente Mojica, funcionario público, dice:

«La persona con discapacidad sigue siendo un héroe, porque él y su familia buscan la manera de solventar las situaciones, y de irlas generando. En la medida en que nosotros vamos accediendo a la educación, vamos accediendo al empleo, obligamos a la institución a irse fijando en nosotros, para irnos haciendo las adecuaciones. Hablo en modo personal, porque un servidor también tiene una discapacidad y el hecho de estar aquí en la presidencia, ya les hizo pensar a las personas de aquí, “oyes se ocupa una rampa para bajar al patio, se ocupa una rampa para esto, se ocupa esto para esto”, entonces así es como se van generando las situaciones a nuestro alrededor, para irnos brindando la accesibilidad»

Lagos de Moreno, en su calidad de ciudad en desarrollo, tiene todavía la posibilidad de evitar problemas mayores para un futuro, y comenzar a solventar aquellos que por errores del pasado hemos heredado, situación que sólo será posible en la medida en que personas con discapacidad exijan sus derechos, que las administraciones públicas cumplan y hagan cumplir los reglamentos, y que la población en general tomemos conciencia de que no se trata de beneficiar o solventar las dificultades de unos pocos, sino de lograr que las ciudades sean para todos.