Berlín, Alemania.
Los países industrializados deberán ser ejemplo de cómo proteger el clima y al mismo tiempo preservar los puestos de trabajo, instó ayer la canciller alemana, Angela Merkel, durante la vigésimotercera conferencia del clima en la ciudad alemana de Bonn.
"Si las siderúrgicas, las plantas de aluminio y las de cobre se van de nuestro país a otro lado donde las reglas medioambientales no son tan buenas, tampoco habremos conseguido avanzar para proteger el clima en el mundo", sostuvo Merkel en su mensaje semanal de video.
Merkel señaló que el objetivo fijado en el acuerdo del clima de París en 2105 de limitar el calentamiento de la temperatura global a dos grados Centígrados respecto a la era preindustrial no podrá ser cumplido "en el estado actual".
Según la mandataria germana, la situación ha cambiado desde que ella fue ministra de Medio Ambiente de su país en la década de 1990. "La urgencia -y creo que todos la vemos en las catástrofes naturales- es grande", destacó.
La líder germana consideró que la mayor responsabilidad para una protección más eficaz del clima les corresponde a los países industrializados y los instó a que "encuentren innovaciones técnicas y fomenten tecnologías para el medio ambiente".
Alemania redujo sus emisiones de gases de efecto invernadero de 1990 a 2010 en un 20 por ciento y se ha propuesto disminuirlas en otro 20 por ciento hasta 2020, dijo Merkel.
Sin embargo, las emisiones de dióxido de carbono no merman al ritmo esperado. Datos del Ministerio alemán de Medio Ambiente señalan que de continuar el ritmo actual, en 2020 Alemania solo podría reducir sus emisiones de dióxido de carbono entre un 31,7 por ciento y un 32,5 por ciento respecto a los niveles de 1990.
Unas 3 mil personas marcharon ayer en Bonn para pedir un mayor compromiso a favor de la protección del planeta y el fin de la energía sucia.
Los manifestantes, muchos de ellos disfrazados al celebrarse este sábado el comienzo de la larga temporada de carnavales en Alemania, demandaron al Gobierno alemán que abandone definitivamente la energía a base de carbón mineral. "La señora Merkel se está quedando dormida en cuanto a la protección del clima", rezaba una pancarta.
Más del 40 por ciento de la energía en Alemania es generada por el carbón mineral. Cuatro de las cinco plantas europeas de energía con las mayores emisiones de dióxido de carbono están en suelo alemán.
El uso del carbón renació en Alemania al decidir el Gobierno de Merkel el fin de la energía atómica tras la catástrofe de la central japonesa de Fukushima en 2011. Hasta 2022 serán desconectadas todas las centrales nucleares.
Las plantas carboeléctricas equilibran los vaivenes de la generación de electricidad de energías renovables, que dependen del tiempo.
El uso del carbón es un tema espinoso en las negociaciones que actualmente celebran los conservadores de Merkel con el Partido Liberal y Los Verdes para la formación de gobierno.
La Conferencia de las Partes (COP23) de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (UNFCCC) comenzó el 6 pasado y se extenderá hasta el 17 de noviembre.
Representantes de 197 países se reúnen en la antigua capital alemana acordar reglas para para medir, comparar y comprobar si los objetivos del clima del acuerdo firmado en 2015 en París efectivamente se están cumpliendo en cada país.