Ciudad de México, México.
Nicolás Maduro aparece con frecuencia rodeado de militares: oficiales con boina roja, paracaidistas, pilotos en uniforme verde. Las redes sociales del presidente de Venezuela están llenas de fotos y videos suyos con las Fuerzas Armadas. El presidente los necesita.
Son su garantía de supervivencia. O podrían ser también quienes lo manden al exilio. "La caída de Maduro va a venir por el lado de los militares", dice convencido el sociólogo alemán Heinz Dieterich, ideólogo del llamado Socialismo del Siglo XXI y asesor informal de Hugo Chávez, el predecesor de Maduro que gobernó de 1999 hasta 2013, año en que falleció.
En Venezuela la presión aumenta. El parlamentario opositor Juan Guaidó, que se proclamó presidente interino y quiere la convocatoria a elecciones, logró el lunes el reconocimiento de más de una decena de países europeos. Antes ya lo habían reconocido Estados Unidos, Canadá y varios Gobiernos latinoamericanos.
Dieterich, de 75 años, dirige un centro de estudios en la Universidad Autónoma Metropolitana y vive desde 1976 en México. Después de estudiar en Bremen viajó a México en un programa de intercambio académico, obtuvo una plaza y se quedó.
Autor de varios libros, desarrolló su carrera sobre todo en Latinoamérica, donde sus ideas influyeron en políticos y militares de izquierda, en particular en Chávez, militar y padre de la revolución bolivariana.
Y aunque luego se distanciaron, el sociólogo alemán lo recuerda como alguien "excepcional". En cambio, al actual presidente de Venezuela lo considera "un hombre fracasado y sin futuro".
Dieterich, que conoce desde hace mucho tiempo la manera de pensar de coroneles y generales latinoamericanos y dice estar en contacto con militares venezolanos, está seguro de que no se inmolarán por Maduro.
"Washington ya consiguió prácticamente que Maduro se quede aislado del continente europeo", dice en declaraciones a dpa.
"En la medida en que logra avanzar con el aislamiento político-diplomático y en el estrangulamiento financiero-económico, se acortan los tiempos. A los militares les queda claro que Maduro tiene cero posibilidades de sobrevivir", agrega.
Por ahora la cúpula militar, que tiene a su cargo varios sectores económicos estratégicos de Venezuela, se mantiene con Maduro, mientras Guaidó trata de seducirlos con promesas de amnistía.
"Si los militares mañana declararan que retiran la Guardia Presidencial del Palacio de Miraflores, ese mismo día las masas toman Miraflores y matan a Maduro", afirma Dieterich.
"Ellos le pueden decir: hay un avión en el aeropuerto que le lleva a donde quiera y con quienes usted quiera. Le damos 24 horas. Y después de las 24 horas la Fuerza Armada ya no puede garantizar su seguridad", añade.
"Maduro va a aceptar. Es mejor el exilio a que lo maten como a Gaddafi", dice. El líder libio, que gobernó más de 40 años, fue golpeado y asesinado en 2011 por milicianos rebeldes. "Muchos sectores habrá que piensen que cuando Maduro se va es el momento de la venganza", sostiene Dieterich.
Por eso ve para los militares un papel importante en la transición como contrapeso y para evitar que el país quede sujeto de los intereses de Washington.
"Si los militares no asumen un papel protagónico en definir las condiciones de la transición, todo queda en manos de Guaidó", señala Dieterich, para quien el político de 35 años no es más que un "empleado del imperio" y Venezuela ya está en los intereses electorales de Washigton para 2020.
El sociólogo alemán, que conserva una boina que le regaló Chávez, piensa para la transición en unos 150 militares que están presos, en especial en unos 15 ex altos mandos, más que en la actual cúpula castrense.
"Toda esta gente actual está quemada porque la población los hace responsables de los muertos que ha habido en las protestas. Ellos no puede conducir la transición", considera.
Habla, en cambio, de la necesidad de una tercera fuerza, que se ubique entre los "extremos" de Guaidó y Maduro, con participación militar y con el apoyo de China y Rusia para "equilibrar las fuerzas".
"La batalla decisiva es la de ahora: quién maneja la transición", considera Dieterich. "Eso decide el futuro de Venezuela".