Nueva York, Estados Unidos.
La banda de rock mexicana Enjambre inició en Nueva York su nueva gira por Estados Unidos con un concierto que llenó el aforo y causó furor entre sus seguidores, quienes saltaron y corearon sus canciones desde principio a fin.
Rafael Navejas, vocalista y bajista de la banda, explicó a EFE antes del espectáculo en Sounds of Brazil (SOBs) que recorrer el país de costa a costa al final del invierno, como han hecho ya en dos giras previas, "se está convirtiendo en una tradición" que les "alimenta mucho".
Y así se reflejó en una noche en la que fue palpable la conexión con el público, casi todos mexicanos residentes en la Gran Manzana: conocían todas las letras, pedían ciertos temas, grababan todo en el celular e incluso uno se aventuró a subir al escenario espontáneamente.
Hubo un repaso a toda su discografía, que comenzó con temas más recientes como "Divergencia" y "Relámpago", de su álbum de 2020 "Prójimos próximos", y fue retrocediendo en el tiempo con una acogida cada vez más apasionada, como la que disfrutó "Dulce Soledad" (2010).
Aunque sin duda la canción más esperada, y solicitada con insistencia, fue "Espalda de bronce" (2008), con la que se despidieron después de hacer tres amagos de irse y de asegurar a los allí presentes que llevan el "progreso" a EEUU: "Estamos todos muy orgullosos de ustedes", dijeron.
Los cinco músicos -tres de ellos hermanos- lo dieron todo en el escenario, reflejo de una etapa de "tranquilidad" en la que prevalece el amor fraternal, que es "lo que nos ha mantenido juntos y con ganas de seguir componiendo", sostuvo Navejas.
Enjambre viene de uno de los años más intensos de su trayectoria, con 45 citas en México, incluyendo varias en la capital en las que vendieron todas las entradas, y otras 21 en EEUU, entre otras, pero el grupo extrañaba los escenarios y arranca con las "pilas súper cargadas".