Guadalajara, Jalisco.
Si a los tapatíos les dieran a elegir entre las cosas que menos les gustan de Guadalajara, el transporte público, la inseguridad del Centro Histórico e incluso los Arcos del Milenio, son algunos elementos que detestan.
En cambio, la fuente de la Minerva, la torta ahogada, la Catedral Metropolitana y la Feria Internacional del Libro son emblemas urbanos que a los tapatíos les hacen sentir orgullosos.
Así lo da a conocer Livier Escamilla Galindo, doctora en ciudad, territorio y sustentabilidad, al presentar su tesis doctoral Objetos urbanos simbólicos. Una visión desde la percepción del habitante, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).
La académica señaló que cada localidad genera una identidad a partir de sus objetos urbanísticos, que forjan una personalidad que se determina a partir de la opinión sobre distintos puntos, eventos y tradiciones.
Mencionó que este estudio fue resultado de una perspectiva etnográfica y netnográfica (estudio de dinámicas de usuarios en la web), que documentó diferentes visiones de los habitantes de la ciudad. Abordó cómo era el desarrollo de un proceso de construcción de estos objetos urbanos desde la percepción visual de los habitantes.
Dijo que el Centro Histórico es el objeto urbano que fue clasificado como positivo y negativo a la vez, ya que, a pesar de ser un referente por su historia, los habitantes lo perciben como un entorno inseguro, que huele mal, hay mucha basura y ruido.
Otros que fueron identificados como negativos son la zona de San Juan de Dios y la Expo Ganadera, la explicación de esta última radica en que se encuentra en una zona alejada del Centro.
Mientras que el lago de Chapala, las Fiestas de Octubre y la gastronomía fueron otros objetos urbanos que se relacionan con algo positivo. Lo anterior fue dado a conocer en un comunicado este miércoles por parte de la dirección de prensa y comunicación de la Universidad de Guadalajara.