Guadalajara, Jalisco.
“La Tierra de la Gran Promesa” aborda la vida de Diego y Mónica, una pareja de cineastas que se muda a Barcelona para huir de la violencia en México, explicó el autor Juan Villoro, al presentar su novela de 408 páginas durante la Feria Internacional del Libro (FIL).
En un diálogo con la escritora Paola Tinoco, ella explicó que la novela no se lee de una sola sentada. Es una historia que a cada momento exige hacer una pausa para realizar una reflexión.
Paola Tinoco le preguntó a Villoro si Diego González, el protagonista, tiene algún vínculo con él.
“La novela transita entre México y Barcelona. En Barcelona nació mi padre, hay elementos autobiográficos en el sentido de que yo sufrí, mi familia, todos en la casa, un asalto bastante fuerte. Mi hija Inés acababa de nacer y pensamos que valdría la pena estar en un lugar donde pudiéramos caminar por las calles sin preocupación. Estar en una casa donde no temiéramos ser asaltados. Entonces, esta condición de la violencia que para todos nosotros se ha vuelto de la vida cotidiana y que ha alterado nuestra forma de vida. Esto de decirle a una persona que ha estado en tu casa ‘me hablas cuando llegues’, por ejemplo”, dijo.
Diego, el protagonista, va adaptándose a su nueva residencia, cuando llega hasta Barcelona, el periodista Adalberto Anaya y ahí es cuando el cineasta revive fantasmas de su pasado.
Paola Tinoco dijo que Villoro en esta novela adquiere una gran madurez, ya que no solo es el narrador, sino que se pone en evidencia su formación como sociólogo, como cronista y como historiador.
“El tema de la novela es complejo porque escribir una novela te lleva como cuatro o cinco años. Ahí si estás saltando de un género a otro, pero regresas a una especie de cuarto imaginario en tu casa, donde las cosas ocurren de otro modo. Ese cuarto es la novela. En ese cuarto están esos personajes, están estos paisajes, está este tono que no necesariamente es el tono de los otros y eso es difícil sostenerlo y tener una retentiva de que lo que pasó en el capítulo 7 va a repercutir en el 18 y lo que pasó en el 22 tiene una repercusión en el 32. Es parte del desafío de escribir novelas”, indicó.
Ante un salón lleno, al final Villoro le dedicó tiempo a sus lectores para firmarles los libros y responder a breves preguntas y comentarios de los asistentes.