Sao Paulo, Brasil.
"Estamos asustados, pero tenemos que montar un equipo", dice el presidente del Fluminense. Como otros directivos y entrenadores del fútbol de Brasil, Mário Bittencourt se enfrenta a diario con precios que "asustan" para fichar jugadores.
Los futbolistas piden salarios exorbitantes y sus pases cuestan mucho más que hace unas temporadas, aseguró el mandamás del campeón de la Copa Libertadores de 2023 el viernes en una rueda de prensa.
"Desde que llegué a la presidencia (en junio de 2019), el salario (mensual) del jugador que ganaba 450.000 reales (unos 75.000 dólares al cambio actual) se duplicó", afirmó.
"Hay volantes o defensores que ganan más de un millón de reales, imaginen lo que piden los atacantes", sostuvo. "Las cifras asustan, no está fácil".
A pesar de las dificultades y de haber tenido una mala campaña en 2024, lo que implicó menores ingresos, el 'Flu' fichó al internacional uruguayo Agustín Canobbio por seis millones de euros, en una de las contrataciones más caras de su historia.
En un ejemplo de la distorsión de los valores, una problemática que también golpea al balompié europeo, al Palmeiras le pidieron días antes 18 millones de euros por el pase del atacante charrúa de 26 años, que actuaba en el descendido Athletico Paranaense.
"Palmeiras vende caro y va a tener que comprar más caro",
justificó hace una semana el entrenador del 'Verdão', el portugués Abel Ferreira, al revelar el monto del fallido negocio.
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