Por Paúl Martínez Facio
En sus Seis propuestas para el próximo milenio, el escritor italiano Italo Calvino aborda el tema del inicio, el comienzo de toda historia. ¿Cómo comenzar a contar una historia? “Al comienzo es la oscuridad”, dice Aristarco Regalado Pinedo al abrir la reflexión en su libro, publicado por la editorial del Centro Universitario de los Lagos, El Gobierno Municipal de la Huerta, Jalisco, luego viene el quehacer del Historiador.
Este quehacer del historiador tiene que ir dirigido a la comprensión de los procesos más que al aprendizaje de datos específicos, más allá de la cifra se encuentran las maneras en la cuales determinado grupo de personas fueron dando soluciones a los problemas a que se enfrentaron. Toca al historiador iluminar estos procesos. Así lo comparte el doctor Aristarco Regalado Pinedo:
«Mil años antes de Cristo ya había sido destruida Troya, por ejemplo, cuando en este espacio de la costa no había nadie, en el mundo, los seres humanos ya habían hecho muchísimas cosas, incluso en América, incluso en otras partes. Entonces me llama la atención que en ese espacio, la convivencia entre la naturaleza y los seres humanos es muy reciente, y siempre el ser humano convive con la naturaleza, crea instituciones, crea herramientas, y a partir de ahí, logra establecer un desarrollo histórico».
En el mismo sentido, encontramos en esta obra un dialogo constante entre la vida doméstica del entonces naciente municipio de La Huerta y el acontecer mundial, entre las preocupaciones que mantenían ocupados a los integrantes del cabildo en La Huerta y los estrenos cinematográficos del momento. El diálogo, dice Aristarco, tiene toda la intención, pues en principio sería ingenuo pensar que la región se mantuvo exenta del contacto con el mundo globalizado, o que fue impermeable a sus efectos.
«No estamos aislados, por más que parezca, yo si noto que esta parte que es la costa de Jalisco, a partir del siglo XVI, se conecta con el mundo. Antes del siglo XVI, sí había conexiones con Sudamérica y había con la Costa Norte, hasta Sinaloa, sí había comunicación y había conexiones hacia el mundo Olmeca, en la época prehispánica. Pero a partir del siglo XVI hay conexiones ya con prácticamente todo el mundo, inicia una suerte de proto-globalización y hay que ponerse al día con todo eso», comparte el también rector del CULagos.
Aristarco Regalado propone en su obra, además de una reflexión sobre la figura institucional del Municipio, el seguimiento histórico a los trabajos institucionales del cabildo de La Huerta y el desarrollo de esta región, para a través de la lectura que él mismo da a las actas levantadas durante este periodo, reconocer el impacto de la institución en la vida cotidiana de los residentes. Concluye el mismo historiador, este impacto tiene una tendencia positiva.
«Está establecido en las leyes y las normas, lo que debe de hacer. Yo aquí lo que traté de exponer es ¿qué hace un municipio? Y ahí queda registrado en las actas de cabildo lo que hace un municipio. Y eso depende con los que están en el cargo municipal, pero además de hacer obra, de llevar obras públicas, de embellecer el pueblo, los pueblos, o de crear edificios, o de establecer incluso instituciones, yo sí noto al analizar estas actas de cabildo, que sí tiene un elemento benéfico, el municipio».
La obra de Aristarco Regalado pone en el centro de la discusión una figura que como él mismo afirma ha existido desde los romanos y ha sobrevivido en medio de monarquías, repúblicas y casi todas las formas de gobierno. De ahí que el historiador resalte la importancia y necesidad de mirar de cerca su funcionamiento, su mutabilidad e incluso aquello que puede ponerlo en riesgo.
«El Municipio existió en Francia y sigue existiendo mientras había una monarquía, y ahora con un presidente de la República sigue existiendo el municipio. El Municipio ha sobrevivido a todo, y eso me parece fascinante, porque quiere decir que el Municipio como tal, pues es aceptado, pero ¿por qué es aceptado? Porque es un espacio, primero, de entera libertad y es un espacio también de entera autonomía. Entonces puede haber presidentes municipales con distintos intereses y hacer que el municipio sirva a esos intereses», añade.
El Gobierno Municipal de la Huerta, Jalisco es una obra que para el lector especializado resultará de gran valor, anexa a la reflexión una colección de actas de cabildo a las que difícilmente se tendría acceso de otra forma; para el lector que casualmente se interesa en los temas históricos, será por demás interesante el dialogo reflexivo que propone el doctor Regalado Pinedo, entre el naciente municipio y la también incipiente globalización, mediante el que podrá introducirse en un aparentemente lejano proceso histórico, es también, para aquel que se acerque a la lectura desde una perspectiva reflexiva, un extraordinario punto de comparación desde el que se puede, con facilidad extender la reflexión hacia el municipio actual.