La Commedia dellarte marcó un parteaguas en la historia del teatro moderno
Fotografía: Isabel Reyes.




Guadalajara, Jalisco.

Antes de comenzar, te invito a imaginar que vivimos en la época del Renacimiento, a mediados del siglo XVI. Para ese momento ya quedó atrás la seriedad religiosa de la Edad Media. Estamos en Italia, disfrutando de un paseo.

De repente, un grupo de extraños irrumpe en el lugar: su vestimenta es estrafalaria, llevan máscaras con narices raras, hacen piruetas, movimientos exagerados: ¡claro! son actores de Commedia dell'arte.

Improvisan y se burlan hasta de las situaciones más simples o ¿complejas? amores imposibles y familias interesadas solamente en el dinero. Todos los que estamos ahí, comenzamos a reír sin parar.

Así era como acróbatas, juglares y actores, recorrían las plazas y mercados del país, haciendo los “viejos” llamados Pantaleone, Dottore y Capitano; los “criados” como Brighella, Arlecchino, Polichinela y los Zanni; y por supuesto los “enamorados”.

No podía faltar “Colombina”, una figura “revolucionaria” que permitió a las mujeres actuar por primera vez en las obras, marcando un hito en la historia del teatro. Ella se encuentra en medio de los enredos causados por los “viejos”, “criados” y “enamorados”.

Augusto Albanez, director del Segundo Encuentro Internacional de Commedia Dell¨Arte (EICOM), compartió:

“Es un lenguaje que se cristalizó en el Siglo XVI, pero hay raíces mucho más atrás, desde el Teatro Romano. Tiene como elemento la presencia del actor; es decir, el actor como fuente principal, como protagonista del hecho teatral. Y bueno, la preparación que debe tener para estar frente a un público: que sepa tocar un instrumento, que sepa cantar, que sepa bailar, que sepa las herramientas del circo, todas las herramientas que puede tener un actor”.

Generalmente, los actores y actrices utilizan máscaras, a excepción de los “enamorados”. Los “viejos” son símbolo de poder y los “criados” están a su servicio.

El epitafio de Molière reza de la siguiente manera: «Aquí yace Molière, el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien» En la obra del dramaturgo se reflejan los arquetipos de Commedia dell'arte: es el caso de “El médico a palos”. Ahora bien, un ejemplo de “los enamorados” son Romeo y Julieta de William Shakespeare.

El italiano Enrico Bonavera es el Arlequino oficial del Piccolo Teatro di Milano. El actor y director, describió su relación con la máscara:

“Yo encontré la máscara del Arlequino en 1980, cuando tenía 25 años. Empecé a jugar en la calle con compañeros, pero sentía la necesidad de estudiar, de tomar una cualidad superior, porque la máscara me decía muchas cosas que yo no comprendía. Contacté a Ferruccio Soleri, el más importante arlequino del mundo; yo quería ser su alumno. Después de tres audiciones, yo entré”.

La conciencia del cuerpo, el equilibrio y la energía, son elementos fundamentales en la preparación del elenco de las obras de Commedia dell'arte. Esto, aunado a una correcta técnica de improvisación:

“Es una pregunta muy importante porque la mayoría de los actores, yo creo que tiene la tendencia de pensar mucho, razonar mucho, y eso los estanca, les pone bloqueos que no permiten que la energía fluya. Entonces, lo más importante aquí es que la forma esté bien clara para, después, poder improvisar sobre ella. No se puede improvisar sin tener bien claro cuáles son las herramientas y tener el control sobre ellas”.

Al principio, los actores desarrollaban un “lazzi”; es decir, un monólogo corto para presentar a su personaje. Los cómicos dell’arte buscaban la perfección, por lo que en toda su vida interpretaban a un solo personaje.

A la par, Joca Andreazza, actor brasileño, definió la máscara como un universo cómico y recalcó la importancia de una respiración adecuada:

“Encontrar el ritmo respiratorio para cada máscara. El ritmo respiratorio puede revelar amor, ternura, miedo, rabia, enojo, varias emociones. Es importante percibir que la emoción es algo público, que nosotros mostramos al público”.

Este género precedente del teatro moderno, dignificó el trabajo del actor: los cómicos dell’arte dejaron de ser enterrados en la fosa común y comenzaron a tener tumbas individuales, eran sepultados con su máscara, la cual sostenían a la altura del corazón.

Las actividades del EICOM se llevaron a cabo en el marco de las celebraciones por el Día Internacional del Teatro.


Isabel Reyes