Atenas, Grecia.
El gobierno griego decidió este lunes "suspender" el campeonato de fútbol después de que el propietario del PAOK Salónica, Ivan Savvidis, invadiera el domingo el terreno de juego durante el partido contra el AEK de Atenas con un pistola en su cintura.
"Hemos decidido suspender el campeonato", anunció el secretario de Estado de los Deportes Giorgos Vasiliadis, tras una reunión gubernamental de urgencia.
Los partidos "no se retomarán hasta que un nuevo marco sea establecido, acordado por todos", añadió, precisando que está "en contacto" con la UEFA.
De esta forma el gobierno tiene una respuesta contundente a los nuevos episodios de violencia en el fútbol del país, con la interrupción del partido PAOK-AEK el domingo tras la irrupción en el césped de Savvidis, con una arma en la cintura, para protestar por el arbitraje.
El polémico dirigente, un empresario greco-ruso de 58 años, es buscado este lunes por la policía griega, que emitió una orden de arresto por "violación de la ley deportiva", señaló una fuente de la investigación.
"En el marco del procedimiento de flagrante delito, Savvidis será arrestado si es localizado antes de la medianoche", precisó la misma fuente. "Si no es localizado, será perseguido según el procedimiento normal", añadió.
Según la fuente, Savvidis "posee una licencia" para portar armas, por lo que la orden de arresto corresponde a su invasión del terreno de juego.
El partido del domingo disputado en Salónica fue detenido en el minuto 90 cuando un gol del defensa caboverdiano del PAOK, Fernando Varela, fue primero anulado por fuera de juego por el árbitro Giorgos Kominos, lo que condujo a una fuerte protesta del equipo local, tras la cual el AEK dejó el terreno.
Fotografía: Sakis Mitrolidis - AFP
El AEK denunció que Savvidis entró al campo con la pistola en la cintura para amenazar a Kominios.
Unas tres horas más tarde Kominos cambió su decisión concediendo el gol al PAOK lo que le permitiría hacerse con la primera plaza delante del AEK si esta hipotética victoria por 1-0 fuera acordada.
Kominos no pudo convencer a los jugadores del AEK de regresar al terreno al temer por su seguridad.