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Por Gabriela Arreola
Federico Carlos Kegel nació en Lagos de Moreno el 19 de noviembre de 1870, aunque sus ancestros, al menos por parte de su familia paterna, eran originarios de Alemania. Se conoce poco sobre su vida; debido a esto, no se sabe si fue su padre o su abuelo quien, siendo médico, llegó al municipio para auxiliar a las personas. Lo cierto es que su padre contrajo nupcias con una mujer originaria de Lagos y de esta unión nació el escritor.
Desde pequeño se educó en las escuelas del padre Guerra y fue allí donde conoció a otros estudiantes, quines con el tiempo se dedicarían a la escritura y llegarían a figurar como los grandes literatos laguenses. Federico Carlos Kegel no se quedó atrás, después de estudiar en la Universidad de Notre Dame, en Indiana, Estados Unidos, regresó para instalarse en Guadalajara; allí se dedicó a dirigir y escribir en varios periódicos, además de que cultivó la novela y la dramaturgia.
En la hacienda, una zarzuela precursora de la Novela de la Revolución
La doctora Irma Guerra Márquez, investigadora y profesora del Centro Universitario de los Lagos, habla acerca de una obra de Kegel:
«Solamente algunos críticos literarios lo recuerdan y, sobre todo, pasó a la historia y dejó una huella muy grande por la producción cinematográfica, la verdad esta película basada en su zarzuela En la hacienda es una de las primeras películas mexicanas, o sea, todavía en la época del cine silente. En la hacienda está considerada como una precursora de la Novela de la Revolución; en varias historias de la literatura, José Luis Martínez, por ejemplo, la considera así. Y se convirtió en la primera obra teatral mexicana en ser adaptada al cine. En todas las historias del cine mexicano se encuentra, la mencionan, solamente algunos críticos literarios lo recuerdan».
La zarzuela es un subgénero del teatro en el cual se incluyen partes habladas y cantadas, fue esta la manera en que Kegel escribió En la hacienda. Esta se imprimió en Guadalajara en el año de 1908, y se estrenó en los teatros de la ciudad, un año antes, en abril de 1907. Tuvo que pasar más de una década, para que la obra fuera adaptada al cine, cuando en 1921 se situó como el gran éxito cinematográfico del año. Incluso, por su tema revolucionario, llegó a ser utilizada por Álvaro Obregón con fines ideológicos y políticos.
No obstante, Kegel murió precisamente en el mismo año en que se llevó a escena la obra teatral, no fue testigo de su publicación un año después, ni de la adaptación cinematográfica. A raíz de su fallecimiento, cuando se inauguraba el Teatro José Rosas Moreno, Agustín Rivera pronunció un elogio póstumo en su honor.
Al reencuentro con Lagos y su gente
Por otra parte, aunque radicó en otros sitios, como en Guadalajara, nunca perdió contacto con la ciudad de Lagos de Moreno y con sus parajes campiranos, pues constantemente regresaba a la Atenas de Jalisco para reencontrarse con sus familiares y amigos.
«Sí, él venía y tenía mucha relación con todos los escritores que estaban aquí, eran amigos y tenían intercambios y, además, como estudió en el Liceo del Padre Guerra. Él se casó en la capilla de una ex hacienda que ahora se llama San Bernardo, pero en aquel tiempo se llamaba Vista Hermosa y ahí se casó, con una mujer laguense y pasaban muchas temporadas aquí, o sea, ellos venían continuamente e iban a los ranchos, pues había un vínculo muy fuerte entre la vida urbana de Lagos y el campo, con todo el mundo rural, había un vínculo muy fuerte», añade Irma Guera.
Federico Carlos Kegel destacó sobre todo por su labor periodística en varios diarios tapatíos de la época: en El Heraldo, El Cascabel y Juan Panadero. También escribió otras obras además de En la hacienda: la novela Clímax y la obra de teatro En el jardín.