Guadalajara, Jal.

La conciencia histórica sellada por el dolor, el amor, el recuerdo y la esperanza es el leitmotiv del poemario La verdad es lo único que no cambia obra más reciente del académico del Centro Universitario de la Costa Sur Jesús Medina García, concebida durante el auge de la pandemia de Covid-19 y presentada este viernes en el Foro de Publicaciones de la Universidad de Guadalajara dentro del marco de actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2022.

Por cuestiones de salud, la doctora Silvia Quezada no pudo asistir presencialmente a la presentación del libro, no obstante, hizo llegar sus apuntes en torno a la obra a través de un texto que fue compartido al público por la maestra Verónica Guerrero Aranda.

Fotografía: Unidad de Difusión CU Costa Sur

Para Silvia Quezada, La verdad es lo único que no cambia es el resultado del trabajo de un cronista disciplinado que consigue capturar la incertidumbre, trabajar el ritmo del miedo, nombrar un estado de animo con el nombre de otro, comparar el desasosiego con el vacío y unir las metáforas hasta lograr una alegoría del aislamiento. Es el poeta alzando su voz como protesta ante la falta de verdad que lo rodea.

Trato de imaginar como transitó durante ese tiempo tan complicado la mente de un ser humano lector de periódicos, auditor del silencio de la calle, espectador atento al murmullo social y las conversaciones lejanas de los vecinos; de qué manera se desenredaron los rumores en su cabeza, como vivió los escalofríos probables y si hubo fatiga en su mirada tras los cristales de sus lentes. Su libro me dice que trastocó la ansiedad en palabras

De estructura ternaria, el poemario es un testimonio de los tiempos oscuros donde la ciencia enmudeció al ser superada por el desconocimiento del enemigo y de lo que hubo antes y lo que vino después. En él viven las historias de unos cuantos, en representación de los miles que se fueron como pompas de jabón.

Solo las pequeñas acciones serán las que habrán de convertirse en hazañas memorables y no las grandilocuentes como estamos acostumbrados. Es la vida cotidiana, la que se vive en la plaza cuando una niña persigue palomas grises o un balón de futbol que se detiene frente a nuestros pies desconcertados. Los espacios son el jardín abierto, la calle, la escuela, el mercado, incluso el camposanto, lugares que podríamos visitar sin represalias de ninguna índole. Sitios y personajes pueblan la vida cotidiana de Autlán con la memoria de la madre fallecida o el policía apodado el pachangas, muertos antes de la llegada del virus fatal.

Citando a Octavio Paz, Jesús Medina dijo que uno de los recursos contra el olvido es la poesía, y que su intención al tomar la pluma fue tratar de rescatar este momento difícil, que declaró no haber superado del todo. Sobre la estructura del poemario, el autor confesó tomar inspiración de la novela existencialista Como es, del escritor irlandés Samuel Beckett y compartió con el público una selección de poemas. Jesús Medina explicó que parte fundamental en el proceso creativo fue recordar las pestes de la edad media y el impacto que tuvieron en el arte.

Me trasladé un poco a documentarme sobre la edad media y encontré en evangelios apócrifos y en otros textos ahí medio prohibidones por la iglesia, frases y como impactaban las pandemias también en el arte y como el arte trascendió en esto. Me encontré está frase de que la verdad es lo único que no cambia, pero Silvia le encontró un sentido más profundo y me dijo: Jesús, es la muerte lo que no cambia, y es para todos.

El poemario La verdad es lo único que no cambia inspiró la puesta en escena Sombras sin decir adiós, obra de carácter transdisciplinario que involucró al personal académico y estudiantil de la Licenciatura en Artes del Centro Universitario de la Costa Sur, estrenada en el Aula Magna del Centro Cultural José Atanasio Monroy. Se planea llevar esta puesta en escena a diferentes foros y audiencias, como una promoción de la Licenciatura en Artes.

Fotografía: Unidad de Difusión CU Costa Sur