Rafah, Territorios Palestinos.
Decenas de palestinos con doble nacionalidad esperaron este viernes a que abriera el punto de paso de Rafah, única salida de la Franja de Gaza que no está controlada por Israel y que comunica el enclave con Egipto.
Sometido a un bloqueo casi total, el pequeño enclave palestino está siendo bombardeado por Israel sin descanso desde que el movimiento islamista Hamás, que gobierna en la Franja, efectuara un sangriento ataque en territorio israelí el pasado 7 de octubre.
"En la embajada nos dijeron que fuéramos al punto de paso. Estamos durmiendo aquí a pesar del peligro", explicó Mahmud Musallam, de 29 años, que tiene nacionalidad sueca.
Él forma parte de un grupo de varias decenas de palestinos con doble nacionalidad que, pasaporte en mano, se agruparon en la cafetería de la terminal, bombardeada varias veces por Israel.
Junto a él, su hija de siete años, Ghazal, contó que quería irse a Suecia "porque todos los niños mueren aquí".
El miércoles, el presidente estadounidense, Joe Biden, obtuvo el permiso de Israel para que camiones con ayuda humanitaria pudieran entrar en el enclave. Siempre y cuando existan garantías de que esa ayuda no le llegue a los combatientes de Hamás, advirtieron los israelíes.
"Nada para beber"
El secretario general de la ONU, António Guterres, estuvo el viernes en la parte egipcia de la terminal de Rafah, y pidió que los camiones puedan entrar más rápidamente en el territorio palestino pues "representan la diferencia entre la vida y la muerte para mucha gente en Gaza".
El viernes por la mañana, las puertas parecían abrirse cuando una fuente de seguridad egipcia dijo a la AFP que se habían retirado los bloques de hormigón que las autoridades egipcias colocaron tras los bombardeos israelíes en la frontera.
Pero poco después la ONU dijo que la ayuda humanitaria no podría entrar en Gaza antes del sábado, asestando un golpe a la esperanza de Mussalam y de otros binacionales de poder cruzar la frontera en el otro sentido.
"El ministerio neerlandés de Relaciones Exteriores nos dijo que era posible [ir] al aeropuerto Ben Gurion", cerca de Tel Aviv, en Israel, declaró Mahmud Al Attar, un neerlandés de 70 años. "¿Pero cómo vamos a ir?", señaló, desesperado.
"No hay más paso que el de Rafah. Dormimos en la calle. No hay comida, nada para beber. ¿Qué vamos a hacer?", preguntó, mientras esperaba junto a su esposa y sus cinco hijos.
En el enclave, una de las zonas más densamente pobladas del planeta, donde viven alrededor de 2,4 millones de palestinos, la situación es catastrófica, advierten las organizaciones humanitarias.
Según informaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de un millón de personas tuvieron que dejar sus hogares desde que empezó la guerra, de las que 600.000 llegaron al sur del territorio huyendo del norte.
El bloqueo israelí "limita gravemente el abastecimiento de agua, comida, carburante [indispensable para el funcionamiento de los generadores de electricidad de los hospitales, por ejemplo], medicinas y material médico", advirtió la OMS.
Ayuda diaria
Para la organización, la autorización otorgada por Israel de que entren únicamente veinte camiones, sin carburante, es insuficiente.
Avisó que Gaza necesitará ayuda diaria.
La guerra fue desencadenada por el ataque que Hamás, que gobierna en Gaza desde 2007, llevó a cabo en territorio israelí el 7 de octubre.
Llegados por mar y por tierra, los comandos del movimiento islamista palestino mataron a más de 1.400 personas. Según las autoridades israelíes, la mayoría de las víctimas murió el primer día del ataque.
- En la Franja de Gaza, más de 4.100 palestinos, sobre todo civiles, han muerto en los bombardeos que Israel ha lanzado desde entonces, según el Ministerio de Salud de Hamás.
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Por Adel ZAANOUN
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