El aumento de emisiones de CO2 hará menos nutritivo el arroz, dice estudio




Tampa, Estados Unidos.

La emisión creciente de dióxido de carbono a la atmósfera está haciendo que el arroz pierda parte de su valor nutricional, una consecuencia potencialmente catastrófica para los millones de personas en Asia que tienen a este cereal como parte de su dieta básica.

"Demostramos que el calentamiento global, el cambio climático y especialmente los gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono pueden afectar el contenido nutricional de las plantas que comemos", dice Adam Drewnowski, profesor de epidemiología en la Universidad de Washington y uno de los autores del estudio, publicado el miércoles en la revista Science Advances.

"El efecto podría ser devastador en los países consumidores de arroz, donde alrededor del 70% de las calorías y la mayoría de los nutrientes provienen del arroz", agrega.

Los países más pobres como Birmania, Laos y Camboya están aún más amenazados.

El experimento realizado por los investigadores consistió en plantar 18 variedades diferentes de arroz en campos en Japón y China, con algunas partes rodeadas por un octágono plástico de 17 metros de alto dentro del cual se aumentó la concentración de CO2 para simular las condiciones previstas para mediados de siglo, es decir, de 568 a 590 partes por millón frente a 400 ppm en la actualidad.

Como resultado, el hierro, el zinc, proteínas y vitaminas B1, B2, B5 y B9, que ayudan al cuerpo a convertir los alimentos en energía, se redujeron en distintas proporciones, por ejemplo, 10,3% en las proteínas.

Una de las razones, sugiere el estudio, es que los mayores niveles de CO2 aumentan el contenido de glúcidos de la planta durante la fotosíntesis, reduciendo las proteínas y los minerales.

Otro estudio publicado el año pasado por investigadores de la Universidad de Harvard concluyó que el calentamiento global podría reducir el contenido de proteínas de muchos alimentos, incluidos el arroz, el trigo, la cebada y las papas. Y avizoró el riesgo de que para 2050 unos 150 millones de personas más podrían sufrir de deficiencia de proteínas.